La pregunta de por qué las ministras y ministros de Unidas Podemos no entraron en la remodelación dictada por Pedro Sánchez en la parte socialista del Gobierno sigue sin encontrar una respuesta convincente. Sin duda, se debió al estado en que Pablo Iglesias dejó a ... la formación que lideraba, al desaparecer del puesto de mando tras designar a dos personas –Yolanda Díaz y Ione Belarra– para que se repartiesen el papel que él desempeñaba. Pero también a la actitud del presidente, poco favorable a compartir una iniciativa tan personal con sus socios de coalición. Lo que resulta significativo es que cuando Sánchez adoptó la decisión de reforzar al PSOE a través de la renovación del Gobierno, Unidas Podemos no se sintiera aludida cuando dentro de dos años tendrá que confrontarse con los socialistas en las elecciones locales, autonómicas y generales. Dos años que pueden acabar siendo eternos para las herederas y herederos de Iglesias. Si la remoción de su presencia en el Gobierno no fue posible hace quince días, todos los motivos de su indecisión al respecto tenderán a incrementarse. A no ser que Irene Montero, Alberto Garzón y Manuel Castells se decidan a facilitar a Díaz y Belarra los ajustes que estas pudiesen acordar. Aunque el problema fundamental al que se enfrenta Unidas Podemos es el agotamiento de su particular programa de gobierno. Sánchez y los socialistas sentirán cada semana menos necesidad de acomodar a los 'morados' en la coalición progresista.

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Al PSOE no le dolerán prendas que al final de la legislatura queden sin cumplir los aspectos que Unidas Podemos introdujo de manera más protagonista en los planes del Gobierno. Siendo posible que el Salario Mínimo sea incrementado en lo que resta de legislatura, su logro no caerá tan del lado de Unidas Podemos como pudo ocurrir a comienzos de mandato. La 'derogación' de la reforma laboral ha perdido sentido de hace dos años aquí también para las izquierdas, cuando hasta la absorción de la precariedad laboral en el sector público se ha demostrado tan controvertida. Las vertientes 'identitarias' de los propósitos 'morados' no pueden ir a más. Y parece muy dudoso que los Presupuestos 2022 y la gestión de los fondos europeos vayan a dejar hueco político a Unidas Podemos. No son los únicos motivos por los que Yolanda Díaz continúa pendiente de aceptar el designio de Pablo Iglesias de que sea la candidata de UP a la presidencia del gobierno en 2023. Pero son suficientes para debilitar aún más a la izquierda de la izquierda.

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