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Amén de héroes enmascarados y de profesionales ejemplares, el coronavirus está desnudando las vulnerabilidades de las sociedades occidentales. La pandemia ha evidenciado (por si había dudas) que una sanidad pública de calidad y bien financiada es la mejor defensa contra cualquier crisis sanitaria. Y que ... si no es capaz de frenarla, al menos puede limitar sus efectos más dañinos.
Pero también hay otras facetas de lo público que esta descarnada tragedia está revelando. Por ejemplo, que no por otorgar más dinero ni más competencias a regiones nacionalistas o soberanistas se hacen mejor las cosas. Es palmario que la gestión de Cataluña en la crisis está a la cola de la eficacia. Y tampoco es que el País Vasco haya demostrado su supuesta superioridad precisamente. Si no hubiera miles de muertos entre medio, no dejaría de ser irónico que el sistema sanitario catalán sea el mejor financiado y el peor gestionado. Para que luego los fugados del 'procés' hagan chistes macabros con los muertos de Madrid.
En un no parar, este domingo Torra reclamaba a Sánchez vía libre para aplicar las medidas del desconfinamiento a su gusto. La respuesta de Sánchez fue un lacónico: «No le compete». Poco después, la portavoz del Govern manifestaba que si Cataluña fuera independiente, habría afrontado mejor la pandemia y no habría registrado tantos decesos. En fin.
Igual, al final, este dichoso virus ayuda a destapar qué es importante y qué superfluo. Y que con los tontos no se puede dialogar. Para no desgañitarse.
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