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Ilusionistas del mañana

Ilusionistas del mañana

Unos negocian prometiendo un mundo feliz y otros mercadean con el catastrofismo

Jueves, 8 de diciembre 2022, 00:42

La última fantasía de Elon Musk ha sido anunciar que en pocos meses su empresa Neuralink será capaz de implantar chips en el cerebro humano y empezar una carrera para lograr curaciones ahora imposibles. Los circuitos integrados estarían conectados vía Bluetooth a un ordenador desde ... el que enviar las órdenes al cerebro. Para dar una mayor credibilidad a su sueño megalómano no dejó de mencionar el desafío en cuestiones éticas que podría suponer esa intervención en la voluntad de los humanos y un posible futuro al estilo de los que imaginaba Isaac Asimov en la rebelión de los robots. Como si las cuestiones éticas le quitasen el sueño al visionario especialista en comerciar con la ingenuidad y el deseo de felicidad eterna que anida en todo humanoide. Pero Musk ha encontrado un modus operandi para dotar a su negocios de un ánimo altruista y bienhechor.

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