Igualdad sin brechas
ANA VICTORIA DEL VIGO GARCÍA
Martes, 7 de marzo 2023, 22:00
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ANA VICTORIA DEL VIGO GARCÍA
Martes, 7 de marzo 2023, 22:00
LLa Ley para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres ha supuesto para la negociación colectiva la disposición de un importante instrumento que permite avanzar en igualdad de género en las empresas, como es la adopción de medidas y planes de igualdad en las compañías ... de 250 o más trabajadores y trabajadoras y en las de menor tamaño, si el convenio colectivo lo recogía. El Real Decreto ley de garantía de la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación rebajaba esta cifra a las empresas con más de 50 personas en plantilla desde marzo de 2021.
Si bien es cierto que esta Ley ha supuesto un motor de cambio e impulso para muchas empresas en la realización de diagnósticos de género y del cumplimiento del principio de igualdad y no discriminación por razón de sexo, no podemos olvidar que la realidad difiere mucho de unas empresas a otras, y que no en todos los casos se cuenta con la misma capacidad para hacer reales y efectivos estos derechos a través de la negociación colectiva. La realidad de las grandes empresas es muy distinta de la de las medianas y pequeñas empresas.
Este tipo de normativas constituyen el punto de partida para una serie de modificaciones legales, como lo es este Real Decreto al equiparar el permiso por nacimiento para ambos progenitores. Las medidas de corresponsabilidad, junto al cumplimiento de la normativa de los reales decretos de Planes de Igualdad y de Igualdad Retributiva marcan el camino a seguir para que todas las empresas de nuestra región alcancen la igualdad real entre mujeres y hombres en el empleo.
A pesar de estos avances legales, los datos siguen poniendo de manifiesto que las mujeres sufrimos discriminación en el empleo. Hablamos de discriminación salarial, que comporta un trato desigual hacia las mujeres por el hecho de serlo y de discriminación en el momento de la contratación, ya que el trabajo a tiempo parcial y temporal se ofrece mayoritariamente a mujeres. Es una realidad a gritos que los sectores con alta presencia de mujeres están peor retribuidos, y se nos sitúa en las categorías más bajas.
La Inspección de Trabajo tiene que empezar a sancionar y vigilar determinados aspectos en las empresas. No sólo para comprobar si se cumple con los planes de igualdad, sino para exigir contratos indefinidos y a tiempo completo en aquellos sectores más feminizados y precarizados: servicios sociales, trabajadoras de limpieza, trabajadoras de ayuda a domicilio, empleadas de hogar...
El aumento de la participación femenina en el mercado de trabajo supone un fuerte impulso en la economía, especialmente en el contexto de la disminución de la población activa y la escasez de personal cualificado.
Dentro del mercado laboral, nos topamos con la infravaloración del trabajo de las mujeres en relación a trabajos equivalentes a los de los hombres, contrario al Estatuto de los Trabajadores. A estas carencias se le añade la falta de transparencia de las empresas en la promoción, que en ocasiones, se practica al margen de los convenios colectivos.
Los datos de la última encuesta de Estructura Salarial son claros. En La Rioja, la ganancia media para las mujeres ha sido de un 18,33% menos que la de los hombres en términos de salario medio. No obstante, algo ha cambiado desde que las organizaciones sindicales hemos exigido ese impulso necesario a las políticas de igualdad para situar nuestra por debajo de la media estatal (18,72%)
Las mujeres siguen ganando menos que los hombres por término medio. La desigualdad laboral y salarial acumulada a lo largo de toda la vida tienen como resultado una brecha de pensiones abismal y, en consecuencia, las mujeres de mayor edad corren más riesgo que los hombres de caer en la pobreza. Solo una valoración de puestos de trabajo con perspectiva de género corregirá estas discriminaciones que soportan en relación al sexo opuesto.
El aumento del Salario Mínimo Interprofesional a 1080 euros ha sido capital para reducir la brecha, que ha decaído en 3,6 puntos gracias a la subida del SMI en un 65% desde 2016. La realidad es que el Salario Mínimo debería situarse en 2.054 euros para que desapareciera la brecha salarial en su totalidad.
Es una labor de todas y todos lograr la eliminación de las discriminaciones por razón de sexo y la brecha de género en las relaciones laborales, en el acceso al empleo, en la calidad de las contrataciones, en los salarios, en la conciliación y la corresponsabilidad de la vida laboral y profesional y en la ocupación de puestos de responsabilidad.
Como sindicalistas, nuestro reto es que la democratización de las relaciones laborales en materia de igualdad de género pueda ser extensible a través de la negociación colectiva, a todas y cada una de las realidades en las empresas riojanas.
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