Secciones
Servicios
Destacamos
Siempre lloro cuando escucho villancicos en los supermercados. Este vez, el llanto idiota me pilla frente a la estantería de los yogures. Comienzo a sentir frío, así que me voy a llorar al puesto de verduras. Allí paso del llanto a la ansiedad: hiperventilo ante ... la variedad de la oferta hortofrutícola y me aturullo entre cardos, endibias y lombardas. Entonces veo el pak choi y se me ocurre servir en la cena de Navidad un menú asiático-vegetariano para hundir a mi cuñada, que es del Frente Gastronómico Tradicional Español. Sin embargo, sé que es una batalla perdida de antemano: mi cuñada cuenta con el apoyo de las fuerzas vivas de la familia, que están todos afiliados a Corderistas Sin Fronteras. Entre mi parentela política, se acoge antes a un tronista que a un vegano.
Subo a juguetería para buscar los regalos de mi sobrina. La tía ni siquiera se ha molestado en escribirle una carta a Papá Noel, sino que ha solucionado la papeleta mandándome una sucesión de fotos de un catálogo de juguetes por wasap. Echo de menos sus cartas de letra redonda, esforzada e infantil. Ahora es como si pidiera por pedir; es la indiferencia que provocan la abundancia y el exceso. Igual que Omar Montes, cabo gastador que compraba por comprar hasta que vio la luz: acabó vendiendo su Ferrari porque a su abuela le costaba entrar en él. Como novio, Montes será una catástrofe mundial, pero como nieto es un primor.
El heredero, otro que tal gasta, me manda un enlace que me conduce hasta unas zapatillas: por el precio, deben ser las de Dorothy. Pues, si las quiere, que se lo curre y me las pida por carta. Mientras tanto, entre wasap y wasap, vuelvo a alimentación y compro el cordero. Y un lomo embuchado. Y un morcón. Y me voy a la farmacia a por omeprazol. No hay que empezar guerras que no puedas ganar. Y menos, en Navidad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.