Los héroes de San Juan

Alguien acude a la calle San Juan a gozar de uno de los rincones con más encanto de Logroño y ni se le pasa por la cabeza que pueda no llegar a contarlo. El mayor contratiempo que podría imaginar entre sus bares es que el ... vino no esté a la temperatura perfecta o el pincho que lo acompaña se precipite al suelo antes de llegar a la boca, pero jamás que dos bull terrier malencarados sin correa ni bozal ataquen a una pareja de viandantes hiriéndolos de gravedad. Es lo que ha sucedido esta semana y en lo que se ha saldado un incidente terrible que no ha culminado en drama por la intervención de un puñado de héroes. Entre ellos, Carlos Cubero. Policía y dueño de un negocio de la zona, al oír los gritos y comprobar la gravedad del caso salió corriendo para ayudar a costa de su propia integridad a los paseantes sobre quienes los perros se estaban ensañando. El relato de su intervención llena de arrojo y el escenario salpicado de sangre y pánico que dejó el incidente resulta tan escalofriante como loable. Si el episodio congela la respiración, que haya ocurrido en una de las calles más emblemáticas y concurridas de Logroño le da un plus de inquietud. Podría haberlo sufrido usted, un niño de la mano de sus padres, cualquier turista que guiado por el mapa de la ciudad transitara por allí en ese instante. Es inadmisible que algo así suceda, y más aún cuando los vecinos ya habían advertido de la situación de unos perros conocidos en el barrio. Pasar por San Juan, saborear su oferta gastronómica y vital, siempre es un disfrute, nunca una heroicidad.