Héroes en bicicleta

La intención es encomiable y la estampa poderosa. Son una treintena de profesores de 19 centros educativos de Logroño que, conjurados a favor del uso de la bicicleta, se han comprometido a acudir a clase pedaleando. Así visualizan su particular contribución a una movilidad más ... amable y un entorno menos contaminado pero, sobre todo, con su iniciativa dan ejemplo a alumnos, padres y vecinos de los colegios invitándoles a seguir su rueda. Su gesto es el mismo de no pocos que ya tienen la bici como medio de transporte prioritario. En unos casos por comodidad y salud; en otros, por obligación ante el pico que supone mantener un coche y la odisea que es conducir por un Logroño jalonado de obras, especialmente a ciertas horas y/o en determinadas zonas donde además aparcar resulta misión imposible. La buena voluntad de los ciclistas urbanos tanto en la capital como en muchos municipios riojanos topa, sin embargo, con una ristra de dificultades para desplegarse en toda su amplitud. En un tiempo donde el discurso político está henchido de sostenibilidad, transversalidad, descarbonización, Europa verde y tal, parece mentira que una capital de provincias carezca de una red clara y fluida de carril-bici. Una malla que conecte de manera segura al menos los cuatro costados de la ciudad, y no tramos desgajados, algunos imposibles, que obligan a pensar en la ruta menos peligrosa antes de ajustarse el casco y lanzarse a la aventura de llegar al destino. Un déficit al que se une la falta de apoyos a las empresas para estimular el uso de la bici por parte de los empleados que se mueven por el centro o acuden a los polígonos. Sin olvidar tampoco cuestiones tan básicas como habilitar más aparcamientos específicos o reforzar la seguridad para que dejar la bici debajo de casa o a la puerta del trabajo no sea un deporte de riesgo por muy candada que esté. Son simples ciclistas, pero a veces parecen héroes.