Henar y Bond, James Bond

Me malicio a Henar Moreno a mediodía del domingo contando coches desde el balcón y refrotándose las manos como Ernst Stavro Blofeld, el supervillano de las pelis de James Bond, el one de Spectra. Blofeld acaricia un gato en el sillón mientras espera que un ... ingenio megaatómico reviente las costuras del globo terráqueo. Moreno, sin minino, solo aspira a volar las del sistema educativo regional, que no es lo mismo pero tampoco es asunto menor. Blofeld habla poco y saborea con delectación cada dígito de la mortífera cuenta atrás. Moreno, lo suficiente (lo de hablar) para dejar testimonio en cada intervención de su suficiencia. La penúltima: «Hay un acuerdo de gobierno que aboga por el carácter integrador de la pública». Solo mejorable en su ininteligibilidad con una pizca 'transversalidad' y unas gotas de 'paradigma'. En las de Bond, Blofeld nunca gana. En la de Henar va perdiendo un consejero. Y recelando una presidenta. De momento.