Hemorragias ejemplares

Las turbulencias, navajazos y tensiones que han protagonizado los dos grandes partidos en la comunidad han sido de tal calibre que han ensombrecido los males de otros de sus competidores más modestos. Es el caso del hasta ayer decisivo y hoy agonizante Ciudadanos, el endémicamente ... convulso Podemos y, ahora, del Partido Riojano. Aún manchan de tinta los titulares de su presidente, Rubén Antoñanzas, alardeando de cohesión mientras se rifaba el enésimo cese entre las filas socialistas y el PP volvía a desgarrarse en busca de un líder. La alianza electoral con España Vaciada parecía la apuesta redoblada en esa construcción de una alternativa sólida frente al sindiós de, como les gusta llamar, las 'sucursales' riojanas de Génova y Ferraz. El minuto y resultado del movimiento es, sin embargo, un maremoto interno de proporciones mayúsculas donde las aguas se decían calmadas. Una agitación, por cierto, que los regionalistas han experimentado en otras fases de su trayectoria cuando parte de las bases han recelado de la llegada de elementos ajenos. Sin ir más lejos, el propio Antoñanzas de aquel remoto Ciudadanos de Logroño fundado por Julio Revuelta antes de coger ambos el camino a la sede del PR+. Las acusaciones que se cruzan los bandos se las puede imaginar. Falta de democracia interna, desprecio a los estatutos, celos por no entrar en las listas, amenazas de ruptura... Ahí todos las siglas se asemejan sin importar su tamaño. Queda tan poco para las elecciones que es una eternidad, pero esto parece que ya no va de qué partido convence al votante, sino de cuál se desangra mejor.