COSAS MAL HECHAS
CAUTIVO Y DESARMADO ·
«A los riojanos nos va a tocar pagar una tropelía muy gorda que hizo el Gobierno del PP allí por 2010...»Secciones
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CAUTIVO Y DESARMADO ·
«A los riojanos nos va a tocar pagar una tropelía muy gorda que hizo el Gobierno del PP allí por 2010...»Al final, cuando va pasando el tiempo, uno acaba considerando que el corral es suyo. Total, lleva tanto tiempo haciendo de encargado que se cree el amo: libre de disponer de haberes y deberes, con las manos limpias; el que sabe, el que tiene razón.
Y es entonces cuando uno, hablando en plata, la caga. Pero bien. Y hace estupideces, contrata lo que no debe, firma cosas que a Groucho Marx le hubieran durado cinco minutos. Y luego el encargado se va (porque, saben, estaba allí solo de paso, aunque él se olvidara) pero sus tropelías de resabiado se quedan.
A los riojanos nos va a tocar pagar una tropelía muy gorda que hizo el Gobierno del PP allí por 2010, cuando llevaba tanto tiempo que hasta al Palacete se le estaba quedando un tono azul. Ellos querían un parking en el entorno del CIBIR, y querían que se lo hiciera una empresa. El modelo de siempre, ya saben: una constructora hace el aparcamiento, paga una pasta y, a cambio, se queda con la explotación del asunto durante unas cuantas décadas.
El problema es que, en 2010, la cosa estaba tan chunga que nadie quería quedarse con el marrón del CIBIR, sospechando lo que luego se hizo realidad: que allí no iba a aparcar ni Blas. Lo normal en estos casos es que el Gobierno hubiera renunciado y hubiera dejado el parking para un día que lloviera menos. Pero no: nada podía ir mal en la tierra del sanzismo rampante, y menos se podía asumir un fracaso semejante.
Y ahí llegó la tropelía: se convenció a unas cuantas empresas de que se metieran en el lío, y para ello se firmó un contrato del que nada se supo hasta mucho más tarde, pero que básicamente era leonino. Dicho a lo bruto, se le aseguraba a la empresa una ocupación mínima y, si no se producía dicha ocupación, la empresa podía retirarse del asunto y ser compensada con una millonada.
Pasaron los años, en el CIBIR no aparcaba nadie, y el Gobierno de La Rioja estaba maniatado. Amenazando con largarse, la empresa consiguió que instalaran bolardos hasta en los quirófanos, que cerraran el solar que aún siguen haciéndonos pasar por helipuerto, hasta que nos pusieran de pago el aparcamiento público. Solo le faltó pedir el primogénito del consejero Nieto. Y quién sabe.
Ahora nos queremos librar de esa rémora, y solo la Justicia dirá si nos costará un ojo de la cara. Así acaban las cosas mal hechas.
¿Los responsables? Bien, gracias.
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