Borrar
No hacerle el juego a Putin

No hacerle el juego a Putin

Editorial ·

Bruselas no puede soslayar la demanda de Ucrania por integrarse en la Unión, pero tampoco puede darle cauce al calor de las incursiones rusas

Sábado, 17 de abril 2021, 09:59

El sistema de poder que encarna Vladimir Putin se alza sobre tres bases de alcance global. La vindicación de la Gran Rusia como una reminiscencia expansiva respecto a países que accedieron a gobernarse por sí mismos tras la caída del Muro, el mantenimiento de una ... trama de influencia en el ámbito internacional en la que se entrecruzan conflictos regionales, intereses puntuales y vagas reminiscencias ideológicas, y la nostalgia instintiva hacia la Guerra Fría bipolar que contribuye a realzar el papel del Kremlin en un mundo que no está a su disposición. La ocupación de Crimea en 2014, justificándola con un referéndum fraudulento, y el cerco militar a Ucrania forman parte de la primera base. El mapa de distribución de la vacuna rusa no es ajeno a la segunda. Y la injerencia cibernética en el proceso electoral estadounidense revela la querencia de Putin por lo fáctico. Pero, como ocurriera con la Guerra Fría más candente en la segunda mitad del pasado siglo, su recreación de estos últimos años cuenta con víctimas propiciatorias cuyo destino acaba a merced de un juego que está fuera de su control. Los diez años de horror en Siria saben de eso. Y los afanes anexionistas del régimen de Putin sobre Ucrania, pretendiendo cada día su desestabilización, interpelan muy directamente a una elusiva Unión Europea, mientras Estados Unidos parece dispuesto a desempeñar el papel que le asignaría la bipolaridad. Es urgente la retirada de las tropas rusas de la región del Donbás y su renuncia a continuar con escaramuzas que tratan de simular un conflicto bélico entre dos partes igualmente legitimadas, bajo la eufemística de que Moscú se limitaría a movimientos tácticos. Eufemística con la que se habla de «rebajar la tensión», como si ésta no obedeciese a los designios de Putin. Cuando, entre otros objetivos, el Kremlin trata de comprometer a la Unión Europea en el enredo de Ucrania. En su visita de ayer a París, para encontrarse con Emmanuel Macron y por videoconferencia con Angela Merkel, el presidente ucranio Volodímir Zelenski requirió la entrada de su país a la UE y a la OTAN. Una demanda que ni Bruselas ni la Alianza Atlántica pueden soslayar; pero a la que tampoco pueden dar cauce al calor de las incursiones rusas en el Donbás. Lo que sí es necesario es que la Comisión de Ursula von der Leyen y el Consejo de los Veintisiete no sigan poniéndose de perfil, y muestren una mayor empatía hacia quienes sufren a Putin y su expansionismo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja No hacerle el juego a Putin