Secciones
Servicios
Destacamos
La guerra es la continuación de la política por otros medios. No lo digo yo, lo dijo un militar prusiano llamado Carl von Clausewitz (1780-1831) al que se le considera padre de la ciencia militar moderna.
A partir de aquí comentarles que, como sin ... duda saben, hace ya demasiados meses que por un quítame allá esos territorios a Rusia le dio por invadir Ucrania. El follón fue y sigue siendo considerable, aunque si hacemos caso a von Clausewitz todo se reduce a un problema político.
Y fue con la oveja malherida por la invasión que, antes de que el animal muriera, decidieron reunirse los pastores occidentales. Había que ayudar al país invadido. ¿Cómo? Pues entre otras acciones de una forma muy sencilla: no vendiéndole lo que el invasor compraba y no comprándole lo que el invasor vendía. Así de sencillo. Si no la ley de los hombres, la del mercado se encargaría de hacer justicia. La cosa estaba clara, y si además de clara al pueblo ucraniano se le ayudaba entre todos a cubrir sus necesidades, la cosa estaría cristalina.
Pero lamentablemente una vez más se ha hecho bueno eso de que una cosa es predicar y otra dar trigo, porque el embajador ucraniano, un tal Serhii Pohoreltsev, parece ser que por su poca costumbre de tratar con nuestro presidente de Gobierno, habiéndose creído lo que este le dijo que haría, nos mostró su extrañeza comunicando que desde principios de mayo España no había enviado a Ucrania nada de la ayuda prometida.
Con lo que, estando así las cosas y como dijo von Clauswitz, ahora ya no estamos hablando de guerra sino de política. Y es a los políticos a los que les ha tocado deshacer el entuerto, por lo que habiendo oído los pesares del bueno de Sethii, nuestro Ministerio de Defensa, tras contradecirlos, ha manifestado que, según sus informaciones, durante estos seis meses de conflicto armado España «no ha dejado de enviar material» a Ucrania, aunque por razones de seguridad es posible (¡vaya por Dios!) que no se hubieran precisado bien los detalles.
Resumiendo mucho: que llevando razón uno o llevándola el otro, para lo que sí que ha servido esta movidita ha sido para que muy poco después de que el embajador afeara la lentitud de los envíos prometidos por España, el Ministerio de Defensa anunciara que mandaría vehículos acorazados, munición y misiles, combustibles, vestuario y equipamiento invernal. Un equipamiento invernal que ojalá entre permisos, papeles y aprobaciones llegue mucho antes de que por las tierras rusas aparezca su tradicional aliado. El mismo que el 14 de diciembre de 1812 les ayudara a vencer a las tropas napoleónicas: el invierno. El temido invierno ruso. Y poco más. Hasta el domingo que viene, si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.