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Vivimos en un bosque de engaños y apariencias y ante el frondoso arbolado es difícil diferenciar entre las grandezas y las miserias, porque muchas veces ambas caminan juntas como partes de un todo indivisible. Estos días estamos viviendo buenos ejemplos de esta mezcla de conceptos ... opuestos. Nadie duda que Novak Djokovic está en la cúspide del tenis del mundo mundial y tampoco que de una estrella se espera un comportamiento ciudadano ejemplar y que respete las normas como todos aunque no le agraden. Vivir en sociedad es lo que tiene porque él no juega aislado en una selva inhóspita e inhabitada.

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larioja Grandes que son pequeños