Un grande, Michael Robinson

Después de la eliminatoria del Numancia contra el Barcelona dijo: «Quiero fichar a este pavo». Lo supe más tarde. Robin le pidió a Chus del Río que me llamase para que dejara el fútbol y me fuera a trabajar con él. Cuando llegué a Canal +, Michael se acercó y me habló: «Yo dije que quería tenerle a mi lado, coño». Ha sido la mayor y mejor experiencia de mi vida después del fútbol. Todo lo que he vivido tras dejar el fútbol ha sido gracias a él.

Un tío tolerante, culto, visionario. Él fue el que dijo que el fútbol que era todo, no sólo lo que ocurría sobre el césped y a raíz de esa idea se nos ocurrió lanzar las cámaras hacia las gradas. Así nace 'Lo que el ojo no ve'. A Michael le recordaremos los que le hemos conocido, pero también aquellos que simplemente le han visto trabajar y que le han escuchado. Todo en lo que se metía, triunfaba. Es verdad que por su visión, programas que pudieran sonar raros en otras televisiones, han sido un éxito, caso de Informe Robinson. Programas de autor, que cuestan mucho dinero,… Él lo lograba todo.

A nivel personal, me ha marcado muchísimo. Podías estar horas y horas, y de hecho estábamos, hablando y no le faltaba conversación. No sólo de fútbol, sino de cualquier tema. Michael ha sido futbolista y comunicador, pero si se hubiera dedicado a otra cosa, arquitectura, escultura,… también hubiera sido bueno.

Los últimos días han sido muy duros porque no he podido estar a su lado. Una situación como la que estamos viviendo a raíz del COVID 19 te haca ver que es muy duro no poder despedirse de la gente que quieres. Recuerdo una de nuestras últimas conversaciones, antes del confinamiento. Acabábamos de comer y se tomó un par de gintonics. Y además, se fumaba una cajetilla de cigarros al día. «Pero, Michael te tendrás que cuidar», le dije y él me contestó: «Vamos a ver Raúl, te voy a decir una cosa. A mí el médico me ha dicho que lo peor para el cáncer es el estrés y a mí no beber y no fumar me estresa». Era muy grande.

Después de El Día Después seguimos caminos separados. Él, con Informe Robinson y yo con El Día Después, pero nos volvimos a juntar para hacer Caos Fútbol Club. Pasábamos muchas horas juntos y fueron maravillas.

A Michael se le recordará en la historia de este país, porque aunque era inglés, siempre decía que era gaditano, ya que se identificaba con todo lo que tiene que ver con Cádiz. Es lo que hay, como titulaba en su último libro. Y es así, es lo que hay. Un grande, Michael Robinson.