Desde que España pertenece a la Unión Europea, con el proceso de integración económica y monetaria, el Banco Central Europeo es quien nos marca la política monetaria fijando los tipos de interés y controlando la masa monetaria en circulación. Las funciones del Banco de España ... se circunscriben a: cambio de divisas, gestionar las reservas del Estado, emitir billetes y monedas y ponerlas en circulación, supervisar las entidades de crédito y los mercados financieros, y, para mí la función más importante, asesorar al Gobierno y realizar informes de interés. Cada gobernador del Banco de España ha marcado su propia idiosincrasia. Felipe González puso la mano en el fuego por Mariano Rubio y tuvo que ir a la unidad de quemados porque el gobernador del Banco de España fue a la cárcel por el caso Ibercorp. Luis Ángel Rojo supo frenar los continuos ataques a la peseta por parte de los tiburones financieros como George Soros e incorporó con éxito a España en el euro. Jaime Caruana no supo o no pudo ponerle los puntos sobre las íes a Aznar para frenar la burbuja inmobiliaria (hubiera bastado con prohibir financiar suelo). Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Mafo para los íntimos, fomentó, junto a su presidente Zapatero, el oasis ficticio del que éramos la 'champions league' de la economía mundial (cinco minutos antes de ser intervenidos). No criticó los ruinosos planes E, e hizo la vista gorda en el lanzamiento de las preferentes y en la salida a bolsa de Bankia. Él, como gobernador del Banco de España, tenía la obligación de supervisar ambos hechos tal y como está ordenado en las funciones de la institución. Sin embargo, se fue de rositas. Luis M. Linde, en la época de Rajoy, se pasó y tuvo que pedir disculpas por echarles en cara a los pensionistas sus patrimonios inmobiliarios para justificar la no subida de las pensiones. También intervino en la venta del Popular al Santander dejando insatisfechos a todos sus accionistas.

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Por primera vez en muchos años, tenemos al frente del Banco de España a un verdadero profesional que con su impecable trabajo ha hecho del Banco de España la institución más libre e independiente de todas cuantas tenemos. Pablo Hernández de Cos cumple con sus funciones y sus informes demuestran hechos constatados y empíricamente demostrables, sin emitir opiniones, con una vigilancia constante para detectar posibles crisis financieras y económicas y así aportar al Gobierno las medidas oportunas que ayuden a mejorar nuestra economía. Son muchas sus intervenciones: ha apoyado al teletrabajo, insiste en ajustar la deuda y el déficit, es defensor de mantener los ERTE un tiempo prolongado, ha instado a amplios acuerdos económicos para una urgente estrategia común de crecimiento, aconseja la implantación de la mochila austriaca en el mercado laboral, ha criticado las previsiones optimistas de los presupuestos así como la limitación de la subida del alquiler que acarrea incremento de precios y reducción de oferta. Pero ha surgido la polémica como consecuencia del último informe de este mes de junio donde se indica que la subida del 22% del Salario Mínimo Interprofesional en 2019 destruyó 125.000 empleos afectando a los más vulnerables, a los colectivos con menores salarios tales como trabajadores de mayor edad (45-64 años), mujeres, jóvenes, trabajadores menos formados y los de contrato temporal. Ante este riguroso informe perfectamente documentado tenemos que oír a un impresentable e indocumentado Rafa Mayoral amenazar con correr a gorrazos al gobernador del Banco de España. Tenemos a un lado a Pablo Hernández de Cos con un trabajo exquisito, con rigor académico, alto sentido de Estado y visión de futuro y enfrente a unos iletrados comunistas que lo único que pretenden es la ruina de España. Pero no olvidemos que también son parte del Gobierno.

Martín Torres Gavíria

Miembro vinculado a EFPA España

Twitter @MTorresGaviria

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