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Primero fueron los caramelos de la Viuda de Solano. Una puñalada a nuestro corazón provinciano. Se fugó (a Tarazona) con un tal Wrigley. Quisimos entender que el amor (al dinero) tenía estos efectos secundarios. El final de los tofes de Logroño de toda la vida, ... el legado de don Celestino Solano. Y no hicimos nada (1988).

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larioja Gorigori por Tuc Tuc