El gobierno y sus pretendientes

Tanto es así, que uno hasta juraría que incluso si a Hermoso le fallara de pronto el desodorante y sus amigos dejaran de serlo, no le costaría encontrar rápido unos nuevos. Es cosa digna de ver cómo prácticamente todas las intervenciones de Ciudadanos, por ejemplo, terminan con una alabanza, un agradecimiento o incluso una loa a algún concejal del equipo de gobierno. Y con un mantra: los naranjas están totalmente abiertos a «trabajar» con el gobierno municipal en cuanto les llamen. «Si tú me dices ven», cantan una y otra vez.

Incluso hay veces que el tono resulta un pelín sonrojante, aunque eso se lo podemos achacar a la bisoñez de los actuales portavoces municipales de Cs, que han cambado el tono tantas veces desabrido que usaba Julián San Martín por algo parecido a un coro de serafines arpa en mano.

Incluso cuando, como ayer, resulta que una propuesta de tantas, una de esas cosas que pasan desapercibidas por los plenos (una cosa de turismo de congresos, que ya ves tú) que propuso Ignacio Tricio se llevaba una ración de mamporros por parte de Eva Loza digna de mejor causa. Pero ni aún así se vino arriba Tricio: colaboración, buenas intenciones, trabajar juntos.

Hermoso se jubilará siendo alcalde.