Gentrificación

La película nace de un sutil planteamiento acerca de la vejez y de sus devastadoras consecuencias. Para construir este relato testimonial de una desnudez que conmueve, la realizadora recurre a lo más próximo que tiene a mano. Y quién mejor que sus dos ancianas abuelas para dar vida y color a este ejercicio de cercanía y espontaneidad que revela la cordialidad y franqueza del pensamiento de las protagonistas gracias a la confianza en la interrelación de la autora con dos seres que son todo entusiasmo y sabiduría.

Ione Atenea, demiurgo de este experimento audiovisual, empleó entre filmación y postproducción tres años para sacar adelante una obra que constituye algo más que la formulación de preguntas y respuestas.

La presencia de Ione es evidente en todo el metraje. Actúa como maestra de ceremonias y saca a relucir un puñado de cuestiones relacionados con la madurez e, incluso, la muerte, que los personajes desgranan a su modo y con una honestidad pocas veces vista y oída en una pantalla grande.

Utilizar intérpretes que se interpretan así mismos es un arma de doble filo. En resultado en 'Enero' es incuestionable porque además de los diálogos y observaciones de las ancianas que no tienen desperdicio la directora navarra acompaña las imágenes con una puesta en escena sensorial, donde la música y el sonido alcanzan instantes muy emotivos.

Nominada en los Feroz al mejor documental y reconocida en Gijón, 'Enero' es un descubrimiento por el alcance de la mirada de su cineasta.