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Hay gente de la que, cuando no acertamos a calificarla de otra forma, decimos eso de «de toda la vida». Es una forma de clasificar. Clasificamos personas, objetos, películas, canciones... Sin darnos cuenta, todos somos Marie Kondo, la tokiota que se hizo famosa ordenando cajones, ... armarios y trasteros. José Luis Rabadán es... el de ARAD «de toda la vida». Es la máxima expresión del mimestismo que puede llegar a darse entre un individuo y una institución. La persona y el personaje. Escribo José Luis Rabadán y me sale de seguido «presidente de ARAD». Dedos autónomos sobre el teclado. El algoritmo del corrector de WhatsApp. Rabadán se ha pasado la vida en la Asociación Riojana para la Atención a personas con problemas de Drogas y ha contribuido como pocos a ir poniéndola en hora a medida que los tiempos han ido cambiando. Hasta hacer visible a la sociedad una realidad antes oscura y vergonzante. Eso le hace ser de esa gente de toda la vida que, además, es buena gente.
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