Generación Igualdad

No me gusta que se enarbolen trapos como si fueran banderas, que se trate a las banderas como si fueran trapos ni que se estigmaticen colores para defender causas.

No creo en los derechos de género, sino en los derechos de la persona.

Deploro el micromachismo y la usura emocional a los que se somete a muchas mujeres. Pero también a algunos hombres. Abomino del silencio cómplice y aún más de las equidistancias.

'Soy de la Generación Igualdad: Por los derechos de las mujeres' es el lema elegido por Naciones Unidas para conmemorar este año el Día Internacional de la Mujer.

Hemos recorrido camino, no cabe duda, pero aún queda. Hagámoslo a vereda. Es la única forma de que las reivindicaciones que hoy, un año más, se plantean queden como recuerdo de unos tiempos en los que el feminicidio teñía de negro nuestro día a día al son de un tan misógino como misándrico reguetón.

La familia de Estrella no celebrará el 8 de marzo. Ese día, el año pasado, su marido la mató de un tiro en la cabeza. Con ella, ni Mónica, ni Olga, ni Judith ni ninguna de las 1.047 mujeres que nos faltan desde el 2003 (primer registro), asesinadas por sus parejas, celebrarán el 8M.

'Hoy y siempre, vivas, libres y combativas' gritó La Rioja en el 2019.

No, no soy de la Generación Igualdad. Pero confío en que mis dos mujercitas lo sean.

Y que puedan trabajar en libertad. Vivir en libertad.

Saludos, Harvey; saludos, Plácido: feliz Día de la Mujer.