Secciones
Servicios
Destacamos
El escándalo desatado al descubrirse que el Barça ha tenido a sueldo durante casi dos décadas al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, a quien pagó siete millones de euros entre 2001 y 2018 por supuestos informes cuya existencia no ha podido ser acreditada, amenaza ... no solo la reputación del club, sino la de todo el fútbol español. Semana y media después de que estallara el caso al conocerse las investigaciones abiertas por la Fiscalía y Hacienda, la entidad sigue sin ofrecer explicaciones creíbles sobre su injustificable relación con José María Enríquez Negreira, sospechosamente suspendida cuando este dejó su cargo federativo. La junta directiva no puede alegar desconocimiento cuando Joan Laporta, en su anterior mandato al frente del F. C. Barcelona, no solo mantuvo, sino que multiplicó por cuatro en 2009 la remuneración al excolegiado, que pasó a percibir más de 573.000 euros por temporada por el presunto asesoramiento sobre los trencillas que pitaban al equipo. Aparte del flagrante conflicto de intereses ahora desvelado, la desproporción entre esa cifra y los conceptos alegados para su abono en las facturas que han salido a la luz proyectan una alargada sombra de corrupción, con posibles implicaciones sobre la limpieza de las competiciones nacionales, que es preciso aclarar cuanto antes.
En su estrategia de defensa, el Barça se ha envuelto en un victimismo primario que, al eludir cualquier argumento razonable sobre el fondo del asunto, solo multiplica el hedor que lo rodea. Pretender que todo responde a una conspiración por «la fobia» hacia la institución azulgrana «en Madrid» suena a esperpéntico cuando los pagos al que era número dos de los árbitros están confirmados, Enríquez Negreira y su hijo se contradicen sobre si eran a cambio de informes verbales, por escrito o en vídeo, y aparecen por medio comisionistas vinculados al F. C. Barcelona.
Es natural la profunda inquietud expresada por los clubes de la Liga de Fútbol Profesional, con la sorprendente excepción del Real Madrid. La Justicia determinará si los hechos investigados constituyen delito. Resultaría difícil de entender que, si se verificara la existencia de irregularidades, estas quedaran impunes en el ámbito deportivo español al prescribir a los tres años las infracciones más graves con la ley vigente. La FIFA y la UEFA sí podrían sancionar al Barça; una entidad que presume de ser «más que un club», pero cuya imagen se ha visto seriamente dañada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Cinco trucos para ahorrar en el supermercado
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.