SÁBADO | LA REUNIÓN

Frentes que merece la pena hacer

En la España política todo es frente. Hay una línea (aunque sea una línea móvil a conveniencia del que habla) y todo se juzga y se valora según de qué lado de la raya esté. Así, resulta por ejemplo que la corrupción de los que ... están en mi lado es menos corrupción, y que una idea es mejor o peor no por lo que valga sino por si es de los míos o de «los otros».

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Me gusta pensar que el paisanaje no sigue a sus políticos en esta manía de los frentes, o que lo hace con una cierta distancia. Ay, cuando empecemos a distinguir a los vecinos por la papeleta que meten en la urna. A qué malos sitios nos ha llevado eso siempre.

Sin embargo, hay frentes que merece la pena tomar y defender. Son esos que se dibujan en torno a objetivos comunes y comprensibles, y a problemas compartidos.

Si el grupo de presión de comunidades de la 'España vacía' muere, nada tendrán que hacer contra otros intereses

Un ejemplo. En 2018, un puñado de comunidades autónomas tanto del PP como del PSOE se reunieron en Zaragoza para pedir que en los dineros que se dan a las autonomías se tuvieran en cuenta los problemas de la llamada 'España vacía'. Que son muy propios, porque no es lo mismo dotar de servicios sanitarios, digamos, a Móstoles que al Camero Viejo.

Que esas comunidades hagan piña para pedir un modelo de financiación es lógico y respetable. Y que lo hagan ahora, tras la pandemia, cuando es la hora de empezar a hablar de eso, es más lógico y respetable aún. Por eso merece más de una explicación la decisión del Gobierno de La Rioja de bajarse ahora de ese barco. Otros presidentes del PSOE, en lo que parece una maniobra demasiado concertada como para no tener origen en Ferraz, han expresado sus dudas. Pero Andreu corrió a desmarcarse la primera, acusando a los populares (por ahora sin más pruebas que su palabra) de querer instrumentalizar esa reunión contra el gobierno.

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Una lástima. Si ese grupo de comunidades de la 'España vacía' muere como grupo de presión, nada tendrán que hacer en sus posiciones con respecto a las comunidades que agrupan a la mayor parte de la población. Los intereses de Madrid poco tienen que ver con los de La Rioja, pero no es porque Ayuso sea del PP y Andreu del PSOE. Es porque La Rioja está cada vez más en el vagón de la España que decrece, y no le convendría olvidarlo. Y menos para ponerse detrás de un frente que no es el suyo.

SÁBADO | LA LÍNEA

El momento de plantarse

Algo hay que hacer, y hay que hacerlo ahora, si queremos proteger de algún modo el paisaje riojano. Al menos, hay que demostrar que nos importa protegerlo. Y, digo, no se puede esperar mucho.

Hace unos años los riojanos perdimos una batalla dolorosa contra una línea de alta tensión en La Rioja Alta. Ahora se nos plantea otra aún peor, si es que es posible, con un proyecto que quiere atravesar La Rioja de parte a parte, incluyendo algunos de los parajes de viñedo más importantes y únicos de nuestra tierra, con una línea de alta tensión que solo sirve para que un señor que tiene sus parques eólicos en Aragón lleve su electricidad hasta Álava, que es donde tiene autorizado «descargarla». Se mire por donde se mire, es un absurdo territorial, económico (menos para el empresario, es de suponer) y ambiental.

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Pero sobre todo, es una falta de respeto por algo que es único, hasta que deje de serlo. En La Rioja hay cien pueblos afeados por un horrendo silo o un mazacote de hormigón en su entrada. Plantar torres de 70 metros en los viñedos de la Sonsierra es algo peor. Es el momento de decir que no.

VIERNES 156

Presidenta a la carrera

Esas cosas, en fin, le pueden pasar a cualquiera. Bueno, a cualquiera no: a los que siguen andando a 156 por la autopista, que son los menos aunque, basta con darse una vuelta, no son tan pocos.

No debería pasarle al coche en el que viaja una presidenta de La Rioja, claro, pero digamos que no deja de ser un error humano. Como lo de ponerlo en instagram al querer sacar un amanecer. En fin. No todos los días son el nuestro. Una cosa buena en el dislate: la reacción de reconocer y pedir perdón de inmediato. Es un buen modo de actuar, y no siempre es así; no hace falta mucha memoria para saberlo.

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