Alo largo de este septiembre, la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, debe designar a sus comisarios y comisarias, lo que hará en los próximos días. La primera dificultad que está encontrando es la paridad, ya que ella solicitó a todos ... los Estados miembros que le mandaran dos propuestas –una de un hombre y otra de una mujer–, pero al final la mayoría solo le ha enviado una, especialmente de varones. De modo que va a ser muy difícil, por no decir imposible, que se consiga esta paridad de género.
Además, como es sabido, a finales de septiembre y primeros de octubre se realizan las famosas audiciones –'hearings' en inglés–, un sistema bastante inédito por el cual los candidatos y candidatas al Colegio de Comisarios se someten al escrutinio de las comisiones parlamentarias correspondientes a su cartera para debatir durante varias horas en torno a su proyecto, su conocimiento de la materia que les ha sido encomendada y su programa. En ese trámite puede ser rechazada su candidatura, como sucedió en 2019 en tres casos y en otras ocasiones precedentes.
La presentación del documento 'El futuro de la competitividad europea', dirigido por Mario Draghi, exprimer ministro de Italia y expresidente del Banco Central Europeo, y solicitado hace unos meses por la presidenta de la Comisión creo que va a tener una incidencia enorme en estos debates de las audiciones de la Eurocámara con los candidatos al Ejecutivo comunitario. Posiblemente ese informe se va a convertir en un elemento central de la nueva legislatura europea (2024-2029), ya que trata de hacer frente al retraso en competitividad que tiene la UE con respecto a China y Estados Unidos.
El texto plantea que hay tres áreas para reactivar el crecimiento. En primer lugar, Europa debe reorientar profundamente sus esfuerzos colectivos para cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, especialmente en tecnologías avanzadas. El segundo ámbito de acción es un plan conjunto de descarbonización y competitividad. Si los ambiciosos objetivos climáticos de Europa se acompañan de un plan coherente para alcanzarlos, la descarbonización será una oportunidad para la UE, pero si no coordinamos nuestras políticas existe el riesgo de que sea contraria a la competitividad y al crecimiento.
El tercer ámbito de acción es aumentar la seguridad y reducir las dependencias. En este contexto, el autor defiende que necesitaremos una auténtica política económica exterior de la UE para conservar nuestra libertad. «Es decir, una especie de arte de gobierno. La Unión tendrá que coordinar acuerdos comerciales preferenciales e inversiones directas con naciones ricas en recursos, acumular reservas en áreas críticas seleccionadas y crear alianzas industriales para asegurar la cadena de suministros de tecnologías claves. Solo juntos podremos crear alguna influencia de mercado necesaria para hacer todo esto», señala.
Con estas breves notas del contenido del documento queremos resaltar la importancia del mismo y cómo, a mi juicio, estas reflexiones que figuran en sus 400 páginas van a incidir directamente en el programa de la próxima Comisión Europea, así como en la propia configuración de las carteras, que van a ser distintas a las de la anterior legislatura. Por ejemplo, parece claro que va a surgir un nuevo comisario de Defensa, un área integrada hasta ahora en las competencias del Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad. Hay que recordar que las cifras que maneja el informe para alcanzar los objetivos propuestos son importantísimas: apunta que al menos serán necesarios de 750.000 a 800.000 millones de euros anuales de inversión entre fondos públicos y privados.
A nadie se le escapa la dificultad que tiene, quizás ahora más que nunca, la designación de la nueva Comisión Europea. En ella, además de una paridad de género cuya plasmación parece problemática, hay que conseguir un equilibrio entre los planteamientos ideológicos cd los cuatro grandes partidos europeístas –populares, socialistas, liberales y verdes–, a los que parece que va a sumarse un comisario procedente del grupo Conservadores y Reformistas de Giorgia Meloni, así como el equilibrio entre Norte-Sur, Este-Oeste, y entre países ricos y otros menos avanzados. Por ello, la nueva dimensión de mejorar la competitividad que defiende el documento de Draghi creo que va a tener una enorme incidencia en el programa y en la configuración del Colegio de Comisarios.
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