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Por Francia y Europa

Macron y quienes le apoyen en la segunda vuelta deben advertir sin ambages de los riesgos de un triunfo del populismo iliberal

Martes, 12 de abril 2022, 02:00

La primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia confirmó el domingo la tendencia que mostraron hace cinco años, pero agudizándola: el declive sin remisión de las formaciones que han dibujado los últimos cincuenta años de política en el país, tanto en la derecha como ... en la izquierda, a favor del liderazgo de Emmanuel Macron y de Marine Le Pen, que ambos pretenden proyectar como de amplio espectro. Una liza en la que Francia y Europa entera se juegan su futuro en la segunda vuelta del día 24. Ni la ventaja obtenida por el primero –27,85% frente a 23,15%– ni la recolocación de las candidaturas eliminadas a uno u otro lado de cara al pulso final despejan la incógnita de quién será el vencedor. Podría bastar con que la izquierda 'insumisa' de Jean-Luc Mélenchon –que el domingo obtuvo nada menos que un 21,95% de apoyo– se conformase con «no votar a Le Pen», como ha propuesto su cabeza de cartel, y rehusara también hacerlo al liberal Macron para que la extrema derecha tuviera serias posibilidades de acceder al Elíseo.

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