La economía española crecerá este año un 1,5% según el Fondo Monetario Internacional, que mejora la perspectiva para el presente ejercicio pero la empeora para 2024 respecto a sus anteriores cálculos. El hecho de que el PIB de nuestro país vaya a mejorar en ... teoría el doble que el de la eurozona permite al Gobierno felicitarse por las nuevas previsiones del organismo con sede en Washington. Pero los datos del Informe Mundial, en línea con los adelantados por la OCDE o el Banco de España, enfrían la ambición del Ejecutivo y el hecho de que España recupere los niveles prepandemia. Sobre todo porque los precios todavía subirán otro 4,3% al final del ejercicio y un 3,2% en el siguiente; menos que la media europea, sí, pero un alza cronificada como un castigo sobre las economías familiares. Y porque el desempleo se mantiene como eterna asignatura pendiente, con la tasa de paro más alta de Europa. Los desequilibrios internos convivirán además con un panorama internacional frágil al que el FMI no ahorra contundencia: turbulencias bancarias después del reciente episodio de inestabilidad, inflación «obstinada» y la imprevisible evolución de la guerra en Ucrania.
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