Secciones
Servicios
Destacamos
Inés Arrimadas apostó fuerte con la moción de censura presentada en Murcia para desbancar del poder al PP, con el que gobierna, y sustituirlo por el PSOE. Era un movimiento de alto riesgo, que ha desatado un terremoto político y forma parte del viraje al que ha fiado la supervivencia de Ciudadanos y en el que lo peor que podía sucederle es lo que ocurrió ayer: el fracaso que anticipa el desmarque de tres parlamentarios naranjas críticos con la iniciativa tras haber alcanzado un acuerdo con los populares. El ahora previsible fiasco de la operación socavaría seriamente el liderazgo de la dirigente liberal, objeto de una creciente contestación interna. La ruptura de su grupo en el Parlamento regional refleja no solo una división sobre la estrategia a seguir, sino los síntomas de descomposición propios de un partido con un futuro en entredicho en el que los intereses individuales empiezan a ser antepuestos a las decisiones adoptadas por la cúpula. El PP y los diputados rebeldes de Ciudadanos que mantendrán a Fernando López Miras como presidente autonómico deben explicar con la máxima transparencia el pacto y sus eventuales contrapartidas para atajar cualquier sospecha de irregularidad.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.