Un fiasco anunciado
Editorial ·
Sánchez e Iglesias deben explicar lo sucedido ahorrando a los ciudadanos la penosa imagen de relatos increíblesSecciones
Servicios
Destacamos
Editorial ·
Sánchez e Iglesias deben explicar lo sucedido ahorrando a los ciudadanos la penosa imagen de relatos increíblesLa investidura fallida de Pedro Sánchez demuestra que la gobernabilidad del país está empantanada en un largo período de incertidumbre, que afloró con la fragmentación del arco parlamentario en las elecciones generales de 2015. El desencuentro final entre el PSOE y Unidas Podemos es el ... último episodio de un tiempo en el que casi cuatro décadas de bipartidismo han sido sustituidas por la confrontación entre bloques -que llegó a ser especialmente notable en los últimos comicios- y por la abierta competencia partidaria en el seno de cada uno de ellos. Tras la votación de ayer, los socialistas recordaron que Sánchez no es ya candidato. Aunque sigue siendo el único que, en virtud del 28-A, puede aspirar a serlo. Es de suponer que el Rey convocará a consultas a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios. Pero parece lógico pensar que esta vez no propondrá el nombre de ningún candidato mientras éste no cuente con los apoyos precisos. De ahí que tanto Pedro Sánchez como los demás líderes políticos deban despejar cuanto antes su posición al respecto. Para enmendar en lo posible los motivos que han dado a los ciudadanos en su desafección respecto a la política, y también para evitar a Felipe VI comprometerse constitucionalmente en una iniciativa que no esté sustentada en votos suficientes.
Las críticas y reproches que se han cruzado el PSOE y Unidas Podemos, entre opacas y obscenas, antes y después de la investidura fallida, no conceden verosimilitud alguna a la eventualidad de que entre agosto y septiembre Sánchez e Iglesias pudieran alcanzar un acuerdo de gobernabilidad. Pero ello tampoco exime a los 'socios preferentes' de explicar lo sucedido de manera inmediata y fehaciente, ahorrando a los ciudadanos la penosa imagen de dos grupos políticos, supuestamente próximos, transmitiendo la impresión de que sus relatos no son veraces. Pedro Sánchez ha de admitir que lo ocurrido estas últimas jornadas demuestra la precariedad política con la que llegó a La Moncloa -gracias a la moción de censura contra Rajoy-, su incapacidad o desinterés por articular una mayoría parlamentaria de futuro durante este año de presidencia, y la imposibilidad de convertir nueve meses de gobierno por decreto ley y otros posibles nueve meses de gobierno en funciones en una suerte de legislatura a perpetuar. Pablo Iglesias, por su parte, ha de afrontar la transición de Podemos para que -aun desde la defensa de sus postulados y de su representatividad- reconozca sus propios límites y se decida entre ser un partido dispuesto a hacerse cargo de responsabilidades acotadas de gobierno o ser, eminentemente, una fuerza de oposición.
UN CENTRO-DERECHA DE MATICES. Pero tanto en el caso de que haya un nuevo intento de investidura sobre la aritmética del 28-A -en septiembre o en agosto mismo- como en el supuesto de que el Rey disuelva las Cortes dentro de dos meses para convocar elecciones el 10 de noviembre, el Partido Popular y, sobre todo, Ciudadanos no pueden continuar aferrándose al maniqueísmo de bloques sin matizar y atemperar los términos de su confrontación con el PSOE. Las solicitudes de apoyo de Sánchez en todas direcciones, y su abierta disposición a beneficiarse de abstenciones independentistas, ofrecen motivos para la desconfianza en el centro-derecha. Pero el PSOE ha dado muestras también de un compromiso constitucionalista del que la política del actual presidente en funciones no puede desentenderse. Compromiso que estuvo presente en la investidura fallida ayer.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.