La construcción enfrentando el desafío global

La sostenibilidad es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sector en España y a nivel mundial. El cambio climático está alterando la geografía física y económica del planeta, lo que obliga al sector de la construcción a adaptarse a fenómenos meteorológicos extremos y a replantear técnicas y modelos tradicionales. En España, un país vulnerable a sequías y temperaturas crecientes, la construcción de infraestructuras resilientes se ha vuelto crucial. La necesidad de reducir las emisiones de CO2 y adaptarse a un entorno más complejo e imprevisible está impulsando una transformación hacia prácticas más sostenibles, no solo por responsabilidad ambiental, sino también por exigencias regulatorias y de mercado.

En este sentido, los proyectos de construcción ahora deben incluir enfoques sostenibles y tecnologías verdes, como el uso de materiales reciclados, la gestión de aguas pluviales y las instalaciones fotovoltaicas. Ahora, la normativa europea y nacional exige que las nuevas edificaciones cumplan con estándares de sostenibilidad, lo cual genera tanto retos como oportunidades. Certificaciones como LEED y BREEAM están ganando importancia al reconocer edificios que cumplen con altos criterios de sostenibilidad. En España, normativas como el Código Técnico de la Edificación establecen requisitos mínimos de eficiencia energética y sostenibilidad para las nuevas construcciones.

Es crucial que las administraciones públicas impulsen políticas que faciliten a las empresas alinear sus prácticas con objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones de carbono. Cumplir con estas normativas no solo puede presentar desafíos regulatorios y financieros, sino que también abre la puerta a emocionantes oportunidades de mercado para aquellos que lideren el cambio.

Además, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) y otras tecnologías digitales está ganando relevancia gracias a la eficiencia que puede aportar mediante la automatización de procesos, el uso de drones para la supervisión de obras y la implementación de gemelos digitales. Este último permite un diseño más preciso y eficiente, reduce costes, tiempos y errores, y aumenta la transparencia en todas las etapas del proyecto. En España, algunas compañías líderes en el sector están apostando por la innovación como palanca para la diferenciación.

Estas innovaciones no solo están optimizando procesos y mejorando la eficiencia, sino que también están creando una demanda sin precedentes para nuevas infraestructuras y redes capaces de soportar el ingente caudal de información que se generará en los próximos años. Se estima que el mercado mundial de centros de datos experimentará un crecimiento significativo hasta 2027, impulsado por la IA y la computación en la nube. En España, los proyectos previstos en este campo movilizarán entre 25.000 y 30.000 millones de euros en los próximos años, con un efecto multiplicador en la economía de 2,8 veces. Este crecimiento no solo representa una oportunidad económica inmensa, sino que también subraya la importancia de que el sector de la construcción se adapte rápidamente a estas nuevas demandas tecnológicas. Las empresas que logren integrar estas tecnologías de manera efectiva estarán en una posición privilegiada para liderar el mercado.

Además, el sector de la construcción y las infraestructuras está íntimamente ligado a la gobernanza global, dado que el sector público es el principal promotor de obras y tiene un papel crítico en la dirección y regulación de este campo.    Por consiguiente, la colaboración internacional y la estabilidad política son esenciales para crear un entorno propicio para el desarrollo de infraestructuras. La cooperación entre naciones y la implementación de políticas coherentes pueden garantizar una ejecución y una culminación exitosa de los proyectos.

Otro desafío importante para considerar es la financiación. Las infraestructuras requieren inversiones significativas, y no siempre es sencillo asegurar los fondos necesarios. Sin embargo, hay señales alentadoras en el horizonte. A nivel global, la captación de fondos para infraestructura experimentó una desaceleración notable en 2023. A pesar de esto, en 2024 se ha observado una remontada significativa, lo que indica una recuperación y una renovada confianza en el sector. Esta tendencia positiva sugiere que, con una estrategia adecuada y una colaboración efectiva entre el sector público y privado, es posible superar las dificultades financieras y aprovechar las oportunidades de crecimiento en el ámbito de las infraestructuras.

Asimismo, los cambios demográficos también están modificando la demanda y la naturaleza de los proyectos de infraestructuras. En España, la población envejecida requiere infraestructuras adaptadas a sus necesidades, como viviendas accesibles y servicios sanitarios especializados. Al mismo tiempo, las ciudades continúan creciendo, lo que provoca la expansión de las infraestructuras urbanas, desde transporte público hasta espacios verdes. Es importante que las infraestructuras sean flexibles para adaptarse a las cambiantes dinámicas demográficas, asegurando la sostenibilidad y la calidad de vida de los ciudadanos.

En conclusión, el sector está experimentando una transformación significativa impulsada por cambios medioambientales, demográficos y tecnológicos que deben ser compaginados con el reto de la sostenibilidad y los nuevos requerimientos de los mercados e inversores. Estas tendencias están redefiniendo la manera en que se planifican, diseñan y ejecutan los proyectos, generando grandes desafíos, pero también grandes oportunidades para aquellos que sepan anticiparse a sus competidores.