Los fantasmas de Hollywood

'Mullholand drive' tuvo hace apenas unos meses un relanzamiento en salas comerciales que trajo de nuevo su laberíntica trama a colación para abrir nuevos frentes y cerrar las incógnitas que siempre deja el cine del autor de 'El hombre elefante'. Cualquier proyección del abstruso largometraje es una pintiparada ocasión para volver a él y sumergirse de nuevo en su catarata de imágenes, de una plasticidad ecléctica, que te conducen a sitios recónditos. Lugares que tienen que ver con el hechizo de la fábrica de sueños de Hollywood pero que aquí adquieren una dimensión nada idealizada y trasteada por los libres vericuetos de la mente y el subconsciente.

David Lynch, tras el enorme impacto que causó en la audiencia televisiva su serie 'Twin Peaks', quiere repetir la jugada y a la cadena ABC le propone un misterioso proyecto cuya avanzadilla es un episodio piloto titulado 'Mullholand Drive'. La firma rechaza la iniciativa y el cineasta reelabora su historia y la retroalimenta con añadidos muy enigmáticos que dejan un trabajo absorbente e intrincado.

El filme se puede interpretar en clave de thriller. En definitiva, se trata de un noir con un estilo muy elaborado, de nuevo cuño, en torno a un sueño y a una fascinación. Una ensoñación acerca de los deseos personales y profesionales de Betty y el colapso que este personaje siente por Rita.