Familias monodosis

A falta de más familia que echarme a la mesa, me entretengo con las de los demás: con los hermanos protagonistas de 'Esta bruma insensata', de Enrique Vila-Matas; con 'La familia del Prado', de Juan Eslava Galán; con los Durrell, con las Campos o con los Rivera Pantoja, que aquí somos omnívoros y comemos de todo. Incluso echo un rato con las familias del siglo XI reinterpretadas en el siglo XXI: Tamara Falcó hace una promoción descacharrante (sale hasta Ambrosio) de la serie 'El Cid' explicando el árbol genealógico de Fernando el Magno. «¿Este es el lío que queríais que explicara? ¡Por favor! Esto lo hago yo con los ojos cerrados». Normal, que si hay alguien que sabe de parentelas en este país es Tamara: su árbol genealógico tiene más ramas que un alcornoque, y sigue creciendo y retallando con el niño que acaban de tener Ana Boyer y Fernando Verdasco. Tantos historiadores hispanistas dándonos lecciones, y ha tenido que venir la casi marquesa para que nos enteremos de los líos familiares de la realeza de ayer, que en los líos de la realeza de hoy ya estamos todos puestos. Se podrá abolir o no la monarquía, pero no la familia. Aunque sea en formato monodosis.