Todavía lo extraordinario

Seguimos acumulando rarezas. Titulares de periódico que hace un año nos habría costado descifrar. Ni con la máquina Enigma. «Prohibida la celebración de las campanadas de Nochevieja en la Puerta del Sol». Que muy bien, que tenemos que portarnos bien. Pero qué cosas. Si ya ... me costaba querer ver a Ana Obregón dando las campanadas con Anne Igartiburu, lo que le va a tocar va a ser peor que estar triste. El silencio, una plaza vacía por donde podría pasar Will Smith y su pastor alemán. Una vez en mi vida he estado allí (en el piso, no en la calle). En 2009 y por obligación para hacer la crónica el año en que Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez dieron las campanadas en Telecinco. Me acuerdo de que Belén se asomaba al balcón con su vestido azul y saludaba a la muchedumbre como si fuera Evita. Y la muchedumbre la jaleaba como si lo fuera. El gentío es algo que está muy bien si lo ves en la tele. Este año, ni eso. Seguimos en lo extraordinario.