Secciones
Servicios
Destacamos
Uno tiende a pensar, ingenuo, que cuando un político habla mucho de algo es porque ese algo supone un problema. Que cuando un partido machaca constantemente, tracatracatraca, con el mismo asunto es porque, efectivamente, en el país existe un quebranto significativo sobre el particular.
Pero ... luego resulta que no siempre. Leo con estupor (si es que es posible tener un estupor sin sorpresa) las exigencias que Vox pone sobre la mesa para sentarse a negociar el gobierno de la Comunidad de Madrid. Según esos puntos, los principales problemas de dicha comunidad, y de España por extensión, son los inmigrantes y los homosexuales. Quizá no por ese orden.
Y sinceramente, no sé cuál es el país que mira esta gente. Llevamos ya unos lustros desde que existen, por ejemplo, el matrimonio y la adopción homosexual, y no veo cuál es el enorme problema social que ven que se haya suscitado en España. Más bien veo lo contrario: la gente LGTBI vive mejor que antes, aunque aún quede camino por recorrer, y al resto de las personas de bien eso le parece santo y bueno.
Tampoco veo claro lo de la inmigración. España está respondiendo razonablemente bien al mayor reto sociodemográfico que enfrenta el mundo absorbiendo poco a poco y sin más problemas de los normales en estos casos a un porcentaje razonable de gente que viene de otros países. Y mientras, sabemos que nos hace falta esa gente, porque la pirámide de población se nos descalza por abajo.
Es una extraña agenda de prioridades. Sobre todo porque uno diría, en fin, que tenemos otros problemas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.