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Me ha parecido oír una de estas mañanas en la radio que un grupo de multimillonarios norteamericanos va a repartir parte de sus fortunas. Deben de ser unos veinte o treinta. Multimillonarios, no simplemente millonarios como usted o yo, o sea, de los que van ... en serio en eso del dinero. Lo que no sé es dónde lo van a sembrar, si en algún campo de algodón de su amada patria, en la cual cuentan que se dan grandes bolsas de pobreza, o en países lejanos de esos que se cantaban y no se acababa en las mil y una noches. Es probable que alguno de ustedes desconfíe de tal ocurrencia u opine que será fruto de alguna ola de calor semejante a la que por aquí ha hecho subir el consumo del agua en la tienda del señor o señora de la esquina. Yo creo que no será por lo del caloret; los ricos solemos pensar bastante antes de dar estos pasos, aunque sé de sobra que en ocasiones hemos obrado de esta manera por cuestiones relacionadas con Hacienda y, ahondando en nuestro gremio de los poderosos, son legendarias y ciertas las filantrópicas donaciones de la mafia, tan desinteresadas.
Un amigo mío muchimillonario que ha pasado por el pueblo estos días, al haberle comentado la noticia, nos expresó que hace unos años ciertos adinerados españoles -entre ellos él- estuvieron a punto de proponer algo semejante a lo de los yanquis en medio de la crisis y para ello intentaron acudir con la propuesta al Gobierno de Madrid: jamás llegaron al Palacio de la Moncloa. La conversación no quedó ahí; nos dijo que probáramos nosotros a proponer ideas de cualquier tipo en medio de la situación reinante en torno al tema de la investidura, donde todos los partidos andan más liados que la Esteban en la sala del Bosco en el Prado. Tendríais que esperar para que te contestaran hasta que Ramsés II volviera a Egipto para hacer turismo, que ya es.
Bastantes de mis amigos no creen en la efectividad de estas ayudas de los ricachones; piensan que es mucho más práctico explorar otras vías sociales, no precisamente las que se limitan a poner parches. En cuanto a mi compadre multimillonario, ayer viernes por la mañana me llamó para decirme que ya sabe qué hacer con una buena parte de sus monis. Va adquirir una enorme hacienda en España a fin de dedicarla a la cría de primates. La idea se le ocurrió al leer un cómic -novela gráfica lo llaman ahora- que le dejé titulado Primates, en el cual Jim Ottaviani y Maris Wicks prestan dibujo a las investigaciones con chimpancés, gorilas y orangutanes de las primatólogas Jane Gondall, Dian Fossey y Biruté Galdikas. Su idea consiste en probar si puede conseguir una nueva especie de homínidos más inteligentes que los humanos, más que nada por lo complicado que está resultando el experimento con la raza proveniente de Adán y Eva. Ni Julio Verne, oiga.
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