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Y es que últimamente se me abarrota a diario el corazón y las lágrimas entre tanto ruido y tanta furia, frente a la mirada estupefacta de un niño ensangrentado, y para poder apaciguar mi mente entre la verdad artificial y el futuro incierto, a veces ... subo a la patria de mi infancia que fue y sigue siendo Tricio.

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larioja El olvido que seremos