Con el vino desde el corazón de Europa

El Intergrupo del Vino, Alimentos de Calidad y Bebidas Espirituosas tiene una larga tradición a lo largo de las legislaturas, es de los más longevos y participativos, formado por más de 70 diputados de diferentes partidos políticos de los países de la UE y es un importante foro para compartir ideas sobre sectores que afectan profundamente al tejido social y económico de muchas regiones europeas y para facilitar el contacto entre los diputados y la sociedad civil.

Confío en que desde este foro todos trabajaremos de buena fe para lograr políticas justas y efectivas que tengan un impacto positivo en las áreas rurales. En nuestras reuniones contaremos con representantes de las principales organizaciones de estos sectores, para discutir y escuchar de primera mano sus perspectivas y recomendaciones.

El sector del vino se enfrenta actualmente a una grave crisis impulsada por factores como una disminución de la demanda, cosechas más inciertas debido al cambio climático, así como el proteccionismo de algunos mercados internacionales. Es imperativo reflexionar y adoptar políticas que proporcionen herramientas para superar estos problemas. La Comisión Europea dice estar trabajando en un paquete legislativo específico pero, al no conocer siquiera el cronograma de éste, creo que la propuesta presentada por la Comisión hace poco más de un mes para mejorar la situación de los agricultores en la cadena de suministro, abre la puerta a incluir también las herramientas demandadas por el sector.

Algunas de las medidas para paliar la crisis pasan por el arranque de viñedos, algo que también están pidiendo los agricultores en nuestra región, y como políticos estamos a su lado apoyándolos también desde el Parlamento Europeo con nuestras posturas y peticiones. En realidad, respecto a este punto concreto del arranque del viñedo, hubo unas ayudas que se eliminaron de la Política Agrícola Común en 2008. Fue un error, necesitamos este tipo de herramientas a nivel europeo para reequilibrar la producción ante dicha disminución de la demanda. Mi colega Sargiacomo decía precisamente esta semana que en regiones vinícolas como Burdeos, falta una acción colectiva de los viticultores, que deberían fortalecerse para negociar en mejor posición con los mayoristas y los minoristas. De ahí que deberíamos ayudarlos mejorando las herramientas disponibles dentro de la PAC.

Estas y otras soluciones deben adoptarse ya, y es imperioso introducir los cambios necesarios en la reforma de la OCM presentada en diciembre. Los retos son muchos, y es de vital importancia que los abordemos como Parlamento. Confío en que este será el mejor foro para profundizar en estos debates y para dejar claras las posturas de los diferentes países más interesados en el vino. La Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja es ya un auténtico sello de calidad de prestigio internacional. Y no solo pesa la antigüedad y la experiencia en el saber, sino que todos sus vinos amparados deben responder sin excepción a unas reglamentaciones mucho más estrictas en producción. Y no podemos relajarnos en eso, pero tampoco permitir que la competencia desleal nos pise ni aprisione.

Apostaremos por nuestras denominaciones, por ponerlas donde se merecen y, como decía al inicio, los mismos que me conocen tanto personal como profesionalmente, son sabedores de que batallaré por nuestro querido Rioja, y por todo lo que supone para nuestra región.