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Espléndida velada de canto

Sábado, 12 de diciembre 2020, 14:40

Un emocionante reencuentro con la ópera y la zarzuela, después de tan larga privación por la situación de todos sabida, supuso esta excelente gala lírica de apertura del 44 Ciclo de Zarzuela, que mucho me temo no va a poder ofrecernos las habituales zarzuelas invernales. El concierto, con una parte dedicada a la ópera y otra a la zarzuela, corrió a cargo de cuatro espléndidos premiados en ediciones anteriores del Concurso Internacional de Canto Ciudad de Logroño, acompañados al piano por Ricardo Francia que ha sido excelente pianista oficial en los últimos concursos y discurrió en unos elevados niveles artísticos inesperados para mí.

Los cuatro intérpretes, a pesar de su juventud, son cantantes hechos y derechos con voces generosas, solvencia expresiva y desenvoltura teatral propias de profesionales bien rodados. Lucieron clase y estilo en los dos dúos mozartianos de Così fan tute y Las bodas de Fígaro, así como garbo y autoridad en los dúos de La Revoltosa y El Gato Montés. En sus actuaciones a solo, Berna Perlés desgranó una magnífica lección de canto en la famosa aria 'Casta diva' de Norma de Bellini, templando el fraseo y redondeando la emisión en una versión magistral, mientras Andrea Jiménez optó por la opereta de altura, con una versión de 'Meine lippen' de Giuditta de Franz Lehár también de libro, sugerente y desenvuelta. El barítono Pablo Gálvez lució un torrente de voz, con algún pequeño abuso de volumen, en el aria del Conde de 'Las bodas de Fígaro' y también muy buen gusto en 'Calor de nido' de Katiuska de Sorozábal.

Respecto al tenor venezolano César Arrieta, mostró una voz de bello timbre, volumen suficiente y agudos deslumbrantes. Nos dejó 'Una furtiva lagrima' para el recuerdo y una valiente jota de 'El trust de los tenorios'.

El tenor venezolano César Arriega nos dejó 'Una furtiva lágrima' para el recuerdo

La verdad es que no hubo desmayo artístico alguno en todo el programa y el público disfrutó de lo lindo con tantas bellezas del canto y tan hermosas voces. El pianista Ricardo Francia estuvo soberbio en todas sus intervenciones, arropando de forma insuperable a los cantantes y con momentos verdaderamente sublimes, como esa mágica larga introducción a 'Casta diva' expresada con un fraseo cristalino ¡Bravo! Mi agradecimiento a la CLA Pepe Eizaga por este espléndido concierto. ¡Al fin volvió la ópera y la zarzuela a Logroño!

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