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Lo que faltaba. Cuando los sondeos apuntaban tibiamente a que la pleamar del independentismo catalán había tocado techo, el 'affaire' del espionaje a muchos de sus dirigentes ha levantado nuevas olas de indignación. Y con razón, porque las nulas explicaciones dadas sobre el asunto son ... del todo insuficientes. Como el paso del tiempo no arreglará la situación y la recuperación de la mesa de diálogo entre ambos Gobiernos continúa siendo una incógnita, o se levanta el velo que oculta los datos requisados por el programa de espionaje 'Pegasus' que compró el Centro Nacional de Inteligencia o las consecuencias podrían ser nefastas.
El virus utilizado por ese programa solo se comercializa a gobiernos y ejércitos y lo que consigue es obtener toda la información de un teléfono móvil sin que el afectado llegue a enterarse. Si el CNI utilizó semejante artefacto tuvo que haber contado con la autorización de un magistrado del Tribunal Supremo, lo que no disipa en absoluto las sospechas de que no se hayan respetado plenamente los derechos fundamentales para hacerse con informaciones reservadas que no estaban a su alcance.
Ante semejante maraña, el Gobierno no puede lavarse las manos. La Comisión Europea ya ha insistido en que el Estado español debe «examinar a fondo» las denuncias de los dirigentes independentistas catalanes porque salvaguardar la seguridad nacional sigue siendo responsabilidad exclusiva de cada Estado miembro de la Unión.
Aquí podría reproducirse también la iniciativa que ha adoptado el Parlamento Europeo. Se trata de comprobar si los teléfonos de los 63 líderes independentistas afectados por el espionaje han sido ciertamente intervenidos por ese virus. Si ellos acceden, por supuesto.
Es evidente que este asunto no puede quedarse en una nebulosa. Su gravedad exige que se conozca toda la verdad, a reserva de que su permanencia en una zona de dudas alimente la argumentación independentista y sirva de inesperado refuerzo para reagrupar sus formaciones políticas, hoy gravemente enfrentadas. El Gobierno de Sánchez no puede seguir en el limbo.
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