Secciones
Servicios
Destacamos
Estamos en agosto, el esperado mes del 'dolce far niente' que ha dejado parte de su superficialidad tranquilizadora para adoptar una forma de «descanso en alerta y posible cambio súbito de planes». El mundo, aunque no acabemos de darnos cuenta, ha cambiado con la pandemia, ... pero también por la confluencia de la digitalización, el poder numérico y la globalización que permiten disponer de más información y dispositivos facilitadores que nunca. Sin embargo, reclama una aguda capacidad crítica para distinguir lo bueno de lo malo, la verdad de la mentira, la confidencialidad íntima versus el espionaje informático en un entorno que puede generar incertidumbre, desconcierto e incluso fragilidad y vulnerabilidad ante los efectos de las nuevas armas informáticas denominadas «bienes de doble uso».
Es el ciberespionaje numérico, que carece del glamour del espionaje de antaño, como el de Mata-Hari. Continúa siendo furtivo y sigiloso, pero más intrusivo, penetrando en lo más íntimo de la vida y opinión de civiles, políticos, financieros, defensores de derechos humanos, periodistas o instituciones para prevenir, manipular o bloquear acciones de cualquier tipo; letal y silencioso, puede absorber sin indicios toda la información depositada en nuestro móvil u ordenador.
A nadie se le escapa que somos espiados cuando entramos en cualquier web, ponemos en marcha Alexa, utilizamos nuestro móvil o alojamos documentos en 'la nube', pero no acabamos de ser conscientes de ello ante las facilidades que ofrece su uso. Su extensión y alcance es tal que Biden lo ha calificado como la antesala de una ciberguerra en la que todos intentan espiar a todos mediante el arma actual. El ciberataque, un dispositivo solapado y silencioso para neutralizar sistemas de comunicación, conocer el interior de una industria estratégica o un acuerdo internacional. Es decir: debilitar al otro.
La última de estas armas numéricas fue denunciada el 18 de julio desde medios de comunicación internacionales coordinados por la organización Forbidden Stories junto con Amnistía Internacional. Su nombre es Pegasus, un programa numérico de la sociedad NSO adquirido por 40 países, entre ellos España, para espiar a ciudadanos u organizaciones. Un nuevo caballo de Troya numérico, eficazmente letal para vencer calladamente al enemigo, conociéndolo. Debemos tomar conciencia del escándalo y peligrosidad que se despliega en este macro-mundo invisible que recopila y hace circular informaciones sensibles para controlar nuestra vida y desestabilizar sistemas políticos. El problema es su abuso y su imprescindible control.
Disfruten de este agosto en el cibermundo pandémico actual.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.