Una especialidad necesaria
El Ministerio de Sanidad tiene que dar el paso de crear la especialidad de enfermedades infecciosas, que ya existe en muchos otros países
santiago moreno guillén
Miércoles, 19 de octubre 2022, 00:44
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santiago moreno guillén
Miércoles, 19 de octubre 2022, 00:44
Seguramente ningún ciudadano se cuestiona que en los hospitales españoles haya especialistas encargados de las infecciones graves y complejas. Nadie imagina que, por poner algunos ejemplos, las infecciones que frecuentemente complican intervenciones quirúrgicas de envergadura o ponen a riesgo el éxito de un trasplante no ... sean tratados por profesionales que han adquirido experiencia y conocimientos necesarios para garantizar los mejores cuidados. A nadie le gustaría que, en una situación seria, su médico no tuviera la especialización necesaria, aunque tuviese buena voluntad.
Los ciudadanos se sorprenderían al saber que en España no existe la especialidad de enfermedades infecciosas. Los médicos que nos hemos formado en esta parte de la medicina lo hemos hecho al margen de una formación reglada de especialidad y no tenemos el reconocimiento de ser especialistas. En muchas ocasiones, la formación se adquiere en centros de otros países, donde sí existe la especialidad de enfermedades infecciosas, o acudiendo a centros de nuestro país donde existen servicios o secciones de enfermedades infecciosas que pueden proporcionar esa formación, al margen del título de especialista que se tenga. Porque, paradójicamente, la necesidad ha obligado a crear servicios y secciones en hospitales de nuestro país para atender los problemas de infecciones. Somos muchos los profesionales formados como especialistas en enfermedades infecciosas que tenemos la suerte de poder trabajar en servicios que, sin reconocimiento oficial, nos dedicamos a hacer lo que sabemos y lo que nos gusta: cuidar de personas que padecen infecciones que pueden amenazar su vida.
Puede que se entienda que la cuestión del reconocimiento de la especialidad no es relevante, en tanto que tenemos servicios, secciones o unidades de enfermedades infecciosas en muchos hospitales del país que solucionan el problema clínico y todo queda reducido al trámite administrativo del título de especialista o de reconocimiento de los servicios. En realidad, el problema va mucho más allá. La ausencia de especialidad no permite la formación reglada de los futuros especialistas y no se garantiza el relevo generacional. Es curioso que las enfermedades infecciosas despiertan muchas vocaciones entre los estudiantes de medicina, a los que les gustaría seguir esta especialidad, pero no pueden. No se pueden convocar, tampoco, plazas de infectólogos en los hospitales españoles al no existir la especialidad. Se generan problemas de equidad en la asistencia en diferentes centros hospitalarios, ya que la mayoría carecen de especialistas con la formación adecuada. Las consecuencias, por tanto, de carecer de la especialidad de enfermedades infecciosas en España va mucho más allá de la cuestión del título que reconociera la formación de los profesionales.
Si se entiende la necesidad de la especialidad de enfermedades infecciosas y su situación paradójica en el país, la pregunta es por qué no se reconoce la especialidad. La cuestión es más consistente en cuanto que la especialidad está reconocida prácticamente en todos los países del mundo. A mí también me gustaría tener una idea clara de por qué el Ministerio correspondiente no decide dar el paso, que hemos reivindicado durante tanto tiempo. Me temo que parte tenga que ver con las dichosas parcelas de poder que las especialidades ya existentes temen compartir, entendiendo que perderían algo de la actividad que vienen desarrollando como patrimonio exclusivo. Si esta es razón de peso en la decisión, nada más fácil de contraargumentar.
Allí donde hay servicios, secciones o unidades de enfermedades infecciosas la convivencia con el resto de las especialidades es perfecta, tan buena como la habitual entre todos los especialistas de cualquier área de la medicina. No conozco ningún caso de conflicto serio por solapamiento en las carteras de servicios o en el reparto del área de actuación del servicio de enfermedades infecciosas y de otros servicios con potencial competitividad. Lejos de eso, los servicios de enfermedades infecciosas existentes se constituyen en piezas clave de la asistencia, la docencia y la investigación que ayuda y se deja ayudar por otras especialidades. Como ejemplo cercano, puedo poner el Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal, en Madrid, donde yo trabajo, y que lleva funcionando desde la creación del hospital, hace más de 40 años. Ningún servicio se ha sentido amenazado por nuestra presencia, nosotros no nos hemos visto amenazados por ninguna otra especialidad.
Algunos de nosotros hemos tenido la fortuna de formarnos como especialistas en enfermedades infecciosas y poder dedicar nuestra vida a cuidar y ayudar a cuidar a las personas que nos han necesitado. Para los que tenemos una larga historia en la especialidad, no se trata de un problema personal. Apenas nos afectará que se reconozca la especialidad. Pero los profesionales del futuro lo necesitan, los pacientes lo necesitan y el país lo necesita. Ojalá un día, alguien con la capacidad necesaria para tomar la decisión ponga fin a una situación irregular. Ojalá ese día sea pronto.
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