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Escrutinio para el diálogo

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Editorial ·

Las elecciones de ayer en Galicia y Euskadi confirman el declive de Podemos y aconsejan que el PP se abra más al entendimiento

Lunes, 13 de julio 2020, 08:37

Los comicios autonómicos de Euskadi y Galicia cerraron ayer el ciclo electoral abierto con las generales, municipales, autonómicas y europeas de 2019, a la espera de una próxima convocatoria en Cataluña. Con el hecho diferenciador de que los gallegos acudieron a las urnas como en 2016, mientras que la abstención de muchos vascos acabó primando a las formaciones abertzales. Las elecciones en Euskadi y Galicia no han aportado una novedad imprevista al panorama político español, pero sí detalles que podrían adquirir relevancia en los próximos meses y años. El dato de mayor alcance es el reforzamiento del voto nacionalista en ambas comunidades, con el PNV y EH Bildu sumando un 66.9% del voto vasco y la recuperación del BNG. Pero en la práctica certeza de que los próximos cuatro años de legislatura en Euskadi no tensionarán, desde planteamientos soberanistas, la estabilidad institucional en España. Porque el nacionalismo vasco gobernante solo podrá afrontar las tareas de recuperación asegurándose la gobernabilidad del Estado en su conjunto. Además, el 12J es un punto de partida idóneo para que las tendencias más pragmáticas del independentismo catalán recuperen terreno frente al unilateralismo rupturista. Un segundo aspecto que reflejaron los dos comicios autonómicos fue la confirmación del declive de Unidas Podemos, que la formación de Pablo Iglesias no ha podido eludir ni haciéndose con el control de sus organizaciones territoriales, ni tratando de capitalizar su presencia en el Ejecutivo de coalición de Pedro Sánchez. Su resultado de ayer debilita su presencia en el Gobierno, y debiera facilitar la apertura de su presidente a la búsqueda de acuerdos de reconstrucción con el resto de los grupos parlamentarios. El tercer detalle lo ofreció la noche electoral certificando que mientras la versión más moderada y dialogante del PP –Alberto Núñez Feijóo– obtenía sus mejores resultados en Galicia, la versión más vinculada a Pablo Casado –Carlos Iturgaiz– sufría para no desplomarse del todo en Euskadi. Faltan tres años para el próximo ciclo electoral de las generales, municipales y autonómicas de 2023. El Partido Popular debe ser dueño de sus decisiones internas, sin más intromisiones que la crítica franca. Pero el escrutinio de ayer aconseja que el partido de Casado se abra más al entendimiento sobre los intereses comunes a todos los españoles.

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