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Tuve la inmensa fortuna de vivir mi adolescencia en los años en los que ese invento mediático que fue 'La Movida' era devorado sin piedad aquí, en el núcleo del norte, donde realmente se vivió una verdadera revolución musical libre y genuina, gracias a grupos ... como Barricada, RIP, Leize, La Polla Récords y otros que llegaban desde otras partes de España, como Leño, Los Suaves, Porretas, Siniestro Total e incluso Triana. Una época gloriosa que con el paso de los años fue decayendo, provocando desazón y nostalgia entre quienes, como yo, vivimos el esplendor de la música de la calle.
De vez en cuando surgían grupos como Reincidentes, Extremoduro o Marea, que te reconciliaban con el rock y que emergían sobre modas electrónicas, 'bakalaos' e incluso aquel grunge parricida que a punto estuvo de acabar con el rock y el heavy. Pero incluso ellos han ido cumpliendo años sin que se intuyese un relevo claro.
Al menos eso parecía hasta que, de entre una hornada de nuevos grandes grupos, cuatro chavales de Navarra han tomado, no ya el reemplazo de estas últimas generaciones, sino el del más hermoso espíritu del rock urbano; el que habla de ti y de mí, y no de anuncios de Don Algodón. Un grupo alejado de las modas que ha llegado para mostrarnos que el rock y su legado siguen vigentes y más vivos que nunca.
Cobardes es un grupo de los de antes, de los de furgoneta, katxi y bocadillo, que han llevado su rock por todos los rincones del país, disfrutando y sufriendo las alegrías y los sinsabores del directo, en lugares donde a veces no han sabido valorar que posiblemente estemos ante uno de los grandes grupos de un futuro no tan lejano.
La voz kutxiana de Javier 'Cordobés' Janices y su formidable liderazgo dan color a una bandera que ondeará en el eco de infinidad de voces que bisbisearan sus canciones durante décadas. Las baquetas y la eterna sonrisa de Íñigo Idoate, engrandecen ese trasfondo de los escenarios, que solo el carisma de baterías como él sabe llenar. Las excepcionales líneas de bajo de Iban Sánchez, arrojan luz y presencia a un elemento del rock que en ocasiones permanece en segundo plano, pero que en el caso de Cobardes cobra una presencia fundamental en todas y cada una de sus canciones. Y la guitarra, el estilo y la simpatía de Iñigo Álvarez, vierten esa pizca de virtuosismo y elegancia, que todo grupo que se precie debe tener en cada uno de sus temas.
Habrá quien crea que exagero, que mi pasión por el rock me nubla la percepción de este tipo de música; es cierto, a veces cuesta ser objetivo. Pero haber mamado de las seis cuerdas de Rosendo Mercado o la inigualable voz de Boni, además de convertirme en un defensor a ultranza del rock urbano, me hace ser capaz de afirmar que Cobardes es una de las mejores bandas de las últimas décadas. Uno de esos grupos que están destinados y obligados a agitar la bandera del rock durante mucho, mucho tiempo.
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