Secciones
Servicios
Destacamos
Qué mejor carta de presentación para mi andadura como columnista de Diario LA RIOJA que hacerlo defendiendo y promoviendo algo tan necesario, tan enriquecedor y preñado de calidad, como es la literatura autóctona.
Los riojanos somos una especie curiosa. Defendemos nuestra tierra, fronteras, gastronomía, tradiciones ... y, cómo no, nuestras fiestas patronales con uñas y dientes. Sentimos que nuestra identidad, sumidos como estamos entre tierras que han hecho bandera de su singularidad, corre el riesgo de perderse en el maremágnum de culturas que buscan en La Rioja su destino, ya sea definitivo o vacacional. Sin embargo, cuando es cultura lo que queremos consumir, en ocasiones olvidamos que dentro de esta magnífica comunidad autónoma existe una amplia y contrastada variedad de autores que han convertido La Rioja en un crisol literario que no tiene nada que envidiar, no ya al del resto de territorios nacionales, sino de buena parte de la literatura internacional.
Si enumero autores que atesoran una calidad literaria digna de nutrir cualquier estantería con sus obras, observo que abarco casi todos los géneros literarios que cualquier amante de la lectura puede hallar cuando se adentra en el maravilloso espacio de una biblioteca.
Si buscamos novela negra, tan en boga desde hace unos años, nos encontramos con dos autoras como Natalia Gómez Navajas o Mar Aísa Poderoso, cuyas historias han sabido aunar lo mejor del género con un toque regional, que no hace sino potenciar unas historias que, por cercanas, se nos hacen aún más verosímiles. Dentro de la novela histórica de calidad contamos con algunos de los mejores referentes a nivel nacional, y no exagero lo más mínimo al abarcar el territorio de la península. Tanto las obras de Marcelino Izquierdo, especializado en novelar la historia riojana, como de Óscar Soto Colas, que enhebra ágiles narraciones ambientadas en el mundo del arte, han alcanzado cotas dignas de aplauso. En poesía tenemos algunas de las plumas más destacadas que pueden encontrarse en los estantes dedicados al arte del verso. Enrique Cabezón, Sonia San Román, Mario Martínez... abanderan un elenco de poetas que, tanto en la lectura íntima del hogar como en recitales poéticos, despliegan una cantidad de recursos que logran transmitir una sensibilidad que trasciende de las palabras para establecerse en lo emocional.
Teo López Basterra, como fisonomista del dolor y la tragedia. Francisco Tapia para la fantasía. Esther Novalgos, narradora atemporal. María José Madorrán, en literatura infantil. La precisión narrativa de Francisco Mir. Andrés Pascual, piedra filosofal de la narrativa riojana actual. Beatriz Ugalde Mora, uno de los mejores exponentes de la literatura juvenil que ha salido de esta tierra...
La lista es interminable y abarca tantos autores –muchos más de los que he citado– como posibilidades hay de encontrarlos entre la demasiado ingente oferta del mercado editorial. La literatura riojana no defrauda, pero hay que darle una oportunidad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.