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Decía Nietzsche que cuando miras al abismo, el abismo también te mira a ti. Qué cierto es.

Hace unos meses, hablando con mis buenos amigos A.R. y M.P., profesionales de la Policía Nacional a los que admiro y aprecio a partes iguales, me ... dio por pensar en la indefensión psicológica de quienes, como ellos, miran a los ojos a los monstruos que habitan tras nuestra dócil apariencia. Miradas que minan la salud mental de quienes se ven obligados a bregar contra lo peor del ser humano y a los que, lógicamente, el regreso a esa realidad compuesta por familia, amigos, vecinos, compañeros… les inocula cierta dosis de incertidumbre y sospecha, de la que no pueden huir y que horada la fortaleza mental de todos y cada uno de ellos.

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larioja Entre el hombre y el monstruo