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El equipo de Andreu

Editorial ·

La presidenta apuesta por conjugar perfiles políticos y técnicos en un gobierno que debe afrontar una coyuntura convulsa

Viernes, 30 de agosto 2019, 09:21

El Gobierno anunciado ayer por la nueva presidenta de La Rioja, Concha Andreu, parece inspirado por la misma voluntad que guió la confección del actual Ejecutivo de Pedro Sánchez: un grupo que aúne perfiles de indudable peso político con otros de escasa o nula significación ... partidista pero de alto calibre técnico. Entre los primeros descuella la designación de Francisco Ocón, secretario general del PSOE riojano, como consejero de Gobernanza Pública. Ocón se convertirá en el principal hilo conductor entre el Gobierno y el partido, tarea para la que contará con el apoyo de otra figura relevante como el de Ana Santos (diputada y miembro de la Ejecutiva), que dirigirá Servicios Sociales y a la Ciudadanía. Junto a ellos se sentarán en el Consejo de Gobierno personas que hasta ahora no habían intervenido en política, pero que eran bien conocidas en sus respectivos ámbitos: la empresa privada (Luis Cacho), la universidad (José Ignacio Castresana), el alto funcionariado especializado (Celso González) y la industria agroalimentaria (Eva Hita). En un término medio se sitúa Sara Alba (Salud), que ya ocupó una Concejalía en el Ayuntamiento de Logroño durante la Alcaldía de Tomás Santos. Completa el equipo de Andreu José Luis Rubio (Sostenibilidad y Transición Ecológica), concejal de Arnedo, miembro de la poderosa familia socialista riojabajeña y técnico forestal. Andreu deberá ser capaz de ensamblar estas piezas muy diversas, con currículos en general notables, pero cuyos intereses, métodos y ambiciones quizá no coincidan en algunos momentos. Deberán todos ellos emplearse a fondo para sortear los oscuros nubarrones que parecen cernirse sobre la economía global, con amenazas tan preocupantes como el 'brexit' o el estancamiento de la Unión Europea y retos tan mayúsculos como la despoblación, la reindustrialización o la renovación educativa. Queda, además, la incertidumbre continua sobre la novena Consejería, cuya gestión corresponde a Podemos. Pese a las muy modestas competencias de este departamento de nombre rotundo (Participación, Cooperación y Derechos Humanos), el vodevil que ha ofrecido la formación morada en la última semana -y que ha conducido, tras muchos dimes y diretes, al nombramiento final de la diputada Raquel Romero como consejera- acrecienta los temores sobre la estabilidad no solo del Gobierno, sino de los ayuntamientos (como el de Logroño y el de Haro) formados gracias a los pactos entre el PSOE y Podemos.

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