Entretenimientos de un jubilado

Pero estos días me lo he propuesto y voy a ir al Caribe; no voy a viajar solo sino con unos amigos. La realidad es que a ellos no se lo he dicho, mas en cierta manera voy también a trabajar. No ha sido nunca mi estilo el tumbarme en playas paradisíacas durante horas sino el haber aprovechado la estancia para trabar relaciones sociales con vistas a los negocios en los que he estado implicado en esos momentos.

Ahora precisamente andamos dedicados a lanzar nuevos bañadores en el mercado español. Es cosa de mi chica la vitoriana, la de la tienda de modas, quien me ha agregado a la sección de ideas de veintidós comercios españoles de vanguardia, entre los que figuran seis vascos y cuatro catalanes. No se trata de bañadores de mujeres sino de hombres y yo voy a ser el encargado de introducirlos primero en el Caribe, en playas muy selectas. Tras un detenido estudio de mercado, hemos llegado a la conclusión de que, para extender los nuevos modelos en España a partir de enero, concretamente en Canarias, y expandirlos por las costas mediterránea y cantábrica, necesitamos primero asentarlos en zonas elitistas del mercado internacional. Está demostrado que el varón español, en el tema de la indumentaria playera, se apunta inmediatamente a una nueva moda que no solo refuerce su morenez apolínea entre todas las restantes que pululan por la playeras arenas sino que es capaz de competir en calidad con los más atrevidos bañadores exhibidos por las féminas, mercado que hasta el día de hoy se ha impuesto al viril al menos desde los atrevidos bikinis que podemos admirar en los mosaicos de Pompeya.

Esta nueva línea varonil de bañadores presenta como característica principal una variante del tanga más o menos pronunciado que exhibía Tarzán, por ofrecerles a ustedes un ejemplo sencillo y clásico. La variante consiste en dos notorios círculos sin tela en la parte posterior de las nalgas que aumentarán inmediatamente el interés del personal por su atrevimiento y originalidad, a un paso del nudismo total, practicado casi plenamente hoy por numerosos ciudadanos en nuestros arenales. Ambos redondeles en el pompis no solo podrían mostrar sugerente chicha; podrían pintarse en ellos famosos destinos turísticos mundiales, obras como la Gioconda, el David de Miguel Ángel o incluso rincones amados de su localidad (el Picuezo y la Picueza o el castillo de Davalillo una vez restaurado).

Seguro que será usted uno de nuestros primeros clientes.