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Enredo en la carretera

Enredo en la carretera

Editorial ·

Fomento trabaja en un real decreto para afianzar la obligatoriedad de los camiones de circular por la AP-68 en lugar de la N-232

Viernes, 13 de diciembre 2019, 08:46

El Ministerio de Fomento trabaja para tratar de desentrañar con un nuevo real decreto las dudas que aún hoy se suscitan a propósito de la normativa que ahora hace dos años obligó a determinados vehículos pesados a circular por la autopista AP-68 entre Zambrana ... y Tudela tras serle vetado el paso por la N-232 en ese itinerario. Unas dudas que lejos de extinguirse se han visto incrementadas esta misma semana tras conocerse el auto emitido por el Tribunal Supremo en respuesta a la Abogacía del Estado, que solicitó del Alto Tribunal una aclaración sobre el modo de ejecutar la sentencia anterior de su Sala de lo Contencioso-Administrativo que, a instancias de una empresa riojana que entendió conculcados sus derechos, tumbó la norma que establecía el origen de las citadas restricciones, limitaciones y obligaciones circulatorias. Mientras la magistrada firmante del último auto ha entendido que no ha lugar aclaración alguna, que no hay nada que explicar, a los profesionales del transporte, a los usuarios habituales de las vías afectadas y a las propias administraciones públicas concernidas les sigue sin quedar claro en qué medida aquella sentencia modifica la esencia: la obligatoriedad de que los camiones circulen por la AP-68 en el tramo Zambrana-Tudela para despejar de vehículos pesados la N-232. Tanto es así que en ningún momento las señales de la carretera han dejado de derivar los camiones, sin alternativa, hacia la autopista y su peaje ha seguido y sigue siendo subvencionado con dinero público, como se contemplaba en la norma original que ha dado lugar a la disputa, y posterior enredo, legal. Un rifirrafe judicial que, en cualquier caso, no impedirá que tanto Fomento como Interior, titulares de las competencias de transporte y circulación, mantengan la decisión política que impulsó la norma que sacó los camiones de la N-232. El objetivo era resolver una elevada siniestralidad y, dos años después, resulta evidente que se ha cumplido. La tasa de accidentabilidad de la N-232 se ha visto radicalmente reducida y, por consiguiente, lo ha hecho en igual proporción el número de víctimas mortales que cada año teñían de luto la vía que costa La Rioja se este a oeste. La máxima dice que si algo funciona, es mejor no cambiarlo. Y en ello debe estar la Administración. Lo que sorprende es que no haya tenido mayor diligencia para hacerlo si, como parece, todo el problema jurídico tenía una respuesta tan sencilla como la que ahora prepara Fomento en forma de real decreto para que todo siga igual que hace dos años: los camiones, a la autopista.

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