El archivo de las investigaciones abiertas por la Fiscalía sobre la fortuna oculta del rey emérito despeja su horizonte penal. Juan Carlos I elude así una eventual actuación contra él por parte del Tribunal Supremo. Pero esa decisión no limpia su deteriorada imagen, que se ... proyecta negativamente sobre la institución de la Corona, ya que el ministerio público, lejos de afirmar su inocencia en los escritos en los que fundamenta su proceder, reitera la existencia de graves irregularidades por parte del padre de Felipe VI. Si no interviene con la presentación de una querella es porque los indicios de delito o han prescrito o no son perseguibles por corresponder a hechos anteriores a 2014 –cuando estaba blindado por la inviolabilidad que la Constitución otorga al jefe del Estado– y por las regularizaciones voluntarias formalizadas con Hacienda. El comportamiento del emérito ha evitado un reproche penal de la Justicia, pero está en las antípodas de la ejemplaridad y transparencia que deben guiar a la Monarquía. El carpetazo al caso allana su posible regreso a España desde los Emiratos Árabes; un paso que es libre de dar y en el que debería valorar lo más conveniente para la Corona.
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