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El cuento de nunca acabar

Las tejedoras de alambre

Martes, 21 de mayo 2024, 22:12

Las mujeres tenían las botellas.

Salían a la calle por las tardes, entre la siesta y el rosario, cada una con una banqueta, o con ... sillas bajas que sacaban de los portales, y con sus botellas de madera. Así, sentadas en corro o en media luna, como cuando se preparaban los tomates para embotar o se pelaban los pimientos, se pasaban las tardes, tejiendo las mallas de alambre dorado de las botellas de vino. Cada semana otra mujer venía a recogerles la labor y se llevaba las mallas a la bodega, que les pagaba a peseta la docena.

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