Refugios de andar por casa

El trajín que se lleva el ser humano esta temporada alcanza cotas inimaginables y una, que siempre anda a la pesca del despropósito, no tiene manos para teclear tanta insustancialidad. Anteayer, por ejemplo, iba a dar buena cuenta de un arroz con verduritas cuando en los informativos vi que un plátano pegado a la pared con cinta americana ha alcanzado en la famosa casa de subastas Sotheby's de Nueva York la cantidad de 6,2 millones de euros incluyendo tasas e impuestos.

El comprador ha sido Justin Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, a quien no tengo el gusto de conocer pero que intuyo pertenece a ese 1% que posee el 95% de la riqueza. El valor atribuido a esta supuesta obra de arte conceptual llamada 'Comedian' reside, según la casa de subastas, en que «ha trastocado persistentemente el 'statu quo' del mundo del arte de manera significativa, irreverente y a menudo controvertida».

Se me ocurren innumerables destinos para ese pastizal, pero para qué sugerencias cuando está consumado el despropósito artístico. Viendo esto comprendo que una empresa de cruceros haya propuesto una travesía, a bordo del Odyssey, de cuatro años alrededor del mundo para «huir» del mandato de Donald Trump. El 'Tour del vie' costará aproximadamente 40.000 dólares por persona y año. El paquete turístico de cuatro años se llama 'Saltar hacia adelante', un concepto que todo el mundo puede entender. También está el 'En todas partes menos en casa', que dura tres años; y 'Escapar de la realidad', que dura un año.

La vida, la nuestra, la de a pie, con nuestras miserias políticas y nuestras DANA terroríficas, con Putin echándonos el aliento en el cogote y Palestina hecha añicos, está más empapada de realidad y por lo tanto más necesitada de alimentarse de las cosas hermosas del vivir. En la temporada que viene está prohibido prohibir el chocolate, el bocadillo de jamón o la copita de vino que ayuda al olvido.