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ILUSTRACIÓN LAURA LIEDO
Dos memorias argentinas
LA CUARTA

Dos memorias argentinas

Ante el negacionismo de Milei, miles de personas salieron a las calles para reivindicar que no haya olvido. A pesar de que han pasado cuarenta años desde el fin de la dictadura, las secuelas de su represión aún están presentes

Sábado, 6 de abril 2024, 21:25

El pasado 24 de marzo se conmemoró en Argentina, con número masivo de asistentes a las manifestaciones convocadas por los organismos de derechos humanos, el aniversario del golpe de Estado de 1976. Ante el negacionismo del nuevo gobierno de Javier Milei, miles de personas salieron ... a las calles para reivindicar que el olvido no es solo imposible, es también indeseable. A pesar de que han pasado cuarenta años desde el fin de la dictadura, las secuelas de su represión todavía están presentes. A veces, el recordatorio es positivo: muestra que la lucha por mantener la memoria viva puede tener consecuencias prácticas, tangibles. Es el caso de los continuos juicios a represores, todavía vigentes, que se hicieron posibles a partir de 2003, tras la anulación de las leyes anticonstitucionales que protegían a los perpetradores (Ley de Punto Final y Ley de Obediencia Debida). Asimismo, una de las prácticas represivas de la dictadura que ha tenido consecuencias en el presente de la sociedad argentina es el secuestro de bebés nacidos en cautiverio y entregados a familias afines al régimen (sus madres, por lo común, asesinadas), así como la desaparición de padres y madres, incluso abuelos y abuelas, de la generación nacida durante la década del 70. Los descendientes directos de las personas desaparecidas han tenido un protagonismo indiscutible en la lucha por los derechos humanos desde su llegada a la madurez, particularmente desde los años 90. En este sentido, la constitución de H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) fue un hito político, social e incluso, me atrevería a decir, psicológico. H.I.J.O.S. recupera, a través de la acción en la esfera pública, la presencia de los desaparecidos y reivindica el proyecto político de sus padres y madres, creando una coherencia identitaria que va más allá del trabajo de duelo. Junto con las Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S. ha contribuido a la restitución de bebés robados. Hay también muchos hijos e hijas que no militan en ninguna organización, pero que forman parte del impulso de verdad, justicia y reparación que mueve a esa parte nada marginal de la sociedad argentina, como hay también cientos de supervivientes que con su testimonio han hecho una labor imprescindible para saber cuál fue el destino de muchas víctimas, esclarecer la maquinaria del secuestro, tortura, asesinato y desaparición, identificar a los represores y participar como testigos o parte de la acusación en los juicios contra ellos.

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